¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
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y no verás sombra oscura.

martes, 26 de marzo de 2013

Los libros apócrifos

                                                                           Parte 1
   Para Martín Lutero, los libros apócrifos  "No han de ser considerados iguales a la Sagrada Escritura, sin embargo son provechosos y buenos para leer". Esta valoración fue citada en "Preguntas y Respuestas"
(Nº (8).En la asamblea de Apóstoles de Distrito de octubre de 2005, la tradición de nuestra Iglesia fue fortalecida en el sentido de los Apócrifos son tan vinculantes para la fe y la doctrina nuevoapostólica como los restantes escritos bíblicos.

                                                      El término "apócrifos"
   En la edición de la Biblia de Lutero de 1534 se publica por primera vez el término "apócrifos" (escritos ocultos) para la parte de los escritos del Antiguo Testamento que son llamados deuterocanónicos ( es decir pertenecientes al segundo canon ) por parte de la Iglesia Católica romana. Los libros comprendidos en la Septuaginta, es decir la traducción griega más antigua de la Biblia, fueron traducidos al latín e incorporados al canon cristiano. Pero como aquellos escritos no están comprendidos en la "Biblia" hebrea, Lutero sólo los compaginó como anexo del Antiguo Testamento. Hoy, para los Apócrifos se suele utilizar una denominación exenta de valoración: "escritos tardíos del Antiguo Testamento".
  Debe diferenciarse de ellos a los llamados pseudoepigráficos. Éstos establecen que han sido escritos por personalidades famosas del Antiguo Testamento, como Enoc, Elías o Esdras y otros. Entre otros son famosos el Testamento de Adán, el Apocalipsis de Enoc y el Apocalipsis de Elías.


                                                   Los escritos apócrifos del judaísmo
                                                   y del cristianismo  de la primera hora
     Los Apócrifos son escritos judíos, cuyo origen se remonta al periodo entre el siglo III a. C. y el siglo I d.C. O bien han sido redactados en griego o bien solo se contaba con ellos en su versión griega.
   Por cierto que en la Septuaginta hay más escritos pseudoepigráficos que apócrifos que en el Canon de la Iglesia Católica-romana o en el capítulo actual de la Biblia de Lutero. En la Septuaginta no formaban un capítulo separado como es el caso en la Biblia de Lutero, sino que eran parte de la obra.
  La Septuaginta era la Biblia de la comunidad cristiana del principio.Más tarde fue traducida al latín.
Esta traducción fue llamada  "Vulgata". Para la Iglesia Católica- romana fue durante siglos el único texto bíblico vinculante del Antiguo Testamento.
   Como los cristianos difundieron su fe con ayuda de esta antigua traducción griega, el judaísmo fariseo rechazó la Septuaginta a fines del siglo I a. C  Los autores del Nuevo Testamento, igual que los autores cristianos tardíos no citaban el texto hebreo de la Biblia, sino el griego.
   A partir de aquí, los judíos también comenzaron a rechazar sus propios escritos apócrifos. Muy diferente fue la actitud de quienes escribieron los libros del Nuevo Testamento  Ellos citaban, aunque también en forma esporádica, los escritos apócrifos. También los patriarcas apostólicos, como por ejemplo Clemente de Roma, citan en forma esporádica en sus escritos y cartas los Apócrifos del Antiguo Testamento.
Ni para los autores del Nuevo Testamento, ni para los Padres apostólicos había un canon del Antiguo Testamento de contornos firmes. Por eso no sólo  eran citados los Apócrifos de la Septuaginta, sino también otros escritos que, en parte hoy se consideran perdidos. Como  ejemplo podemos comentar que en Judas 6: 14-16 se cita el libro de Enoc. La conocida palabra que dice "cosas que ojo no vio...", que cita el Apóstol Pablo (comparar con 1 Corintios 2:9), se remonta según Orígenes (alrededor de 184-254) a un Apocalipsis de Elías que en el ínterin habría desaparecido.

                                                La posición que ocupan los Apócrifos
                                                             en las otras Iglesias
   En el Concilio de Trento en el año 1546, la Iglesia Católica- romana declaró canónicos los escritos tardíos del Antiguo Testamento comprendidos en la Septuaginta.
  Los libros apócrifos que nosotros conocemos poseen la misma autoridad dentro de la Iglesia Católica -romana que los otros escritos del Antiguo Testamento. En este sentido también se los llama formalmente deuterocanónicos. No forman un bloque individual, sino que han sido insertados en la secuencia de los libros que gozan de reconocimiento general. Por eso el lector no puede reconocer su particularidad.
   En un sínodo de Jerusalén realizado en 1672, las Iglesias ortodoxas declararon "partes genuinas, de la Escritura" a los libros Sabiduría de Salomón, Judit, Tobias, Historias del Dragón y de Susana, a los libros de los Macabeos y al libro de Sirach.
Para Martín Lutero, los libros Apócrifos: "No han de ser considerados iguales a la Sagrada Escritura, sin embargo son provechosos y buenos para leer" Lutero solo tradujo pocos Apócrifos, pero escribió palabras introductorias para todos.
  Ciertamente fue discutible qué escritos deben ser considerados Apócrifos y cuales no. En las ediciones posteriores de la Biblia de Lutero (por ejemplo una de 1569), en la parte dedicada a los Apócrifos encontramos el 3º y 4º  libros de Esdras, que Lutero había rechazado expresamente. Durante un tiempo también fue publicado en forma adicional el tercer libro de los Macabeos.
   Lutero rechazó el carácter canónico de los Apócrifos por las siguientes razones:
   -El texto básico no es hebreo.
   -Los escritos recién surgieron después de fenecer el espíritu profético en el judaísmo.
  - Ni Cristo, ni los Apóstoles citan estos escritos.
  -Los escritos no pueden atribuirse a la intuición del Espíritu Santo.
  -Los escritos no pueden consultarse como testimonio de Cristo.

      Queda claro que estos argumentos no resisten un análisis sostenible. También dentro de la tradición reformada que se remonta a Zwinglio y Calvino, encontramos, una critica similar a los Apócrifos. Para Zwinglio son menos claros que los otros libros bíblicos y además comprenden algo inventado por el hombre, más precisamente "cuentos de hadas" o historias de gente de fe. Para Calvino fue decisivo que los escritos apócrifos no estuvieran comprendidos en la Biblia hebrea; no provienen ni de los profetas, ni de los Apóstoles, y en este sentido, tampoco están inspirados en la Santa Escritura.
   El Sínodo General Prusiano de 1846 aprobó lo siguiente en su Régimen de enseñanza para comunidades luteranas,reformadas y unidas:  "Los Apócrifos del Antiguo Testamento, aunque su uso sea en parte diferente en ambas confesiones evangélicas [ luteranos reformados], aún así no pertenecen a este fondo doctrinario y a la fe y a los Mandamientos de Dios".
  Con lo cual, entre los protestantes a estos libros se les asignó un papel secundario. Al mismo tiempo sólo son útiles en lo personal para la fe, mientras que para la doctrina y para el culto público carecen de importancia.
   Tampoco la Iglesia anglicana, la Iglesia de Inglaterra, recurre a los Apócrifos para sus enunciados doctrinarios. A pesar de ello es posible recurrir a ellos para el culto anglicano. el sacerdote que los aprecie, puede hacerlos leer; quien los rechace, podrá escoger un respectivo texto canónico del Antiguo Testamento. En general puede decirse que la imagen de los Apócrifos en el anglicanismo actual más bien ha mejorado que empeorado.


                                               Los Apócrifos en la Iglesia Católica apostólica
      La Iglesia Católica- apostólica adhirió a la valoración negativa de los Apócrifos dada por los reformadores suizos Zwinglio y Calvino. Ludwig Albrecht escribió al respecto: "Excluimos a los Apócrifos de las Santas Escrituras del Antiguo Pacto y solo nos atenemos a los libros del repertorio hebreo; porque sólo éstos han sido confirmados por el Señor y por sus Apóstoles, que nunca citaron pasaje alguno de los Apócrifos como palabra de Dios" (Tratados sobre la Iglesia [1896], 3º tercera edición, Berlin 1937,p.15).
       
                                              Los Apócrifos en la Iglesia Nueva Apostólica
    Hasta entrada la década del 70 no era raro citar palabras bíblicas de los libros de Tobías, Jesús de Sirach o de la Sabiduría  Pero en los últimos años esto ha cambiado, teniendo en cuenta que la mayoría de las ediciones no alemanas de la Biblia no contienen los Apócrifos. El hecho que en este momento se prescinda de utilizar palabras bíblicas tomadas de los Apócrifos en los "Pensamientos Guías  - el patrón que se utiliza en el mundo entero para los Servicios Divinos- es, entonces una concesión a la internacionalidad de nuestra Iglesia. En los Servicios Divinos regionales también se recurre a las palabras citadas de los Apócrifos.

                   
                                              El 4º libro de Esdras
   El cuarto libro de Esdras que no está comprendido en la Biblia de Lutero actual gozaba de tanto en tanto en nuestra Iglesia de particular consideración. Se lo apreciaba especialmente por el prólogo del segundo capítulo. Allí se habla de una "Nueva Iglesia Nueva Apostólica", Esta nota fue considerada como una referencia profética a la Iglesia Nueva Apostólica.
   En las ediciones de Lutero el 3º y 4º libro de Esdras y el 3º de los Macabeos no forman parte de los Apócrifos. Es diferente en la versión King James y en la versión New King James, en la cual los tres libros forman parte del bloque de los Apócrifos, siendo que los libros de Esdras llevan allí la denominación 1º Esdras y 2º Esdras.

                       

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