En Palestina, el primer siglo después de Cristo estuvo caracterizado por disturbios y sangrientas revueltas. Las razones deben buscarse en el amor a la libertad, en la devoción de los judíos y en el sometimiento al yugo romano; la codicia y la soberbia de algunos tiranos romanos aportaron el resto. Finalmente, este periodo en el que proliferaron los conflictos, finalizó con la primera guerra judía.
El emperador Gayo Calígula, que gobernaba Roma desde hacía dos años, ordenó en el año 39 d,C. que una enorme estatua, que lo representaba como emperador de origen divino, debía ser entronizada en el templo de Jerusalén. Esta tarea fue confiada al legado Publio Petronio, gobernador de Siria, enviado por el emperador. Petronio, recibió la orden de colocar la estatua que personificaba al emperador, si era necesario por la fuerza y con ayuda de la milicia. Detrás de la acción estaba por un lado, la tendencia del emperador a verse a sí mismo como "dios". Por otro lado, la colocación de la estatua era una reacción ante la destrucción del altar del emperador en Jamnia, que se atribuía a los judíos.
La crisis de Calígula
Es probable que entre sus colaboradores de gobierno, el emperador también tuviera asesores contrarios a los judíos.
Como no podía esperarse de otra manera, se produjeron protestas por parte de los judíos que recibían el apoyo de los miembros de la casa real herodiana. Según el relato del sabio judío Filón de Alejandría, quien plasmó por escrito los sucesos, el rey Herodes Agripa 1(+44d.C.) intervino ante el emperador en Roma, pero no tuvo éxito. El inteligente gobernador Petronio postergó tanto tiempo la entronización de la estatua, que la crisis finalmente concluyó con la muerte temprana de Calígula el 24.1.41; otro presunto factor dilatorio fue un conflicto bélico entre los judíos de fe ortodoxa con la milicia romana. A pesar de todo, el temor de los judíos a que el templo de Jerusalén fuese profanado persistió en forma subliminal.
La primera guerra judía
Durante la crisis ocasionada por la estatua de Calígula, Agripa se mostró como un judío fiel a las leyes, que simpatizaba con las doctrinas fariseas; este es otro motivo por el cual accionó contra la cristiandad todavía joven y mandó ejecutar al Apóstol Santiago. Durante su reinado, el territorio, que comprendía aproximadamente el mismo reino que el gobernado en su momento por su abuelo Herodes el grande, los judíos permanecieron en calma
Pero después de la muerte de Agripa, los romanos transformaron su reino en una provincia a cargo de un procurador (como ya había habido durante el gobierno de Poncio Pilato): Los procuradores residían en la provincia de Caesaris. Los impuestos recaudados debían entregarse a los romanos. El clima reinante en el pueblo judío tomó un giroantirromano durante el dominio de los invasores. La adoración del Dios único y el culto que se rendía al emperador romano no eran compatibles. En forma
esporádica estallaban conflictos que, inevitablemente, se resolvían con derramamientos de sangre que dejaban huella entre los fieles judíos, como por ejemplo el levantamiento de Teudas (Hch 5:36). la resistencia a la ocupación romana era impulsada principalmente, por los zelotes ("los que celan").
El comienzo
El suceso desencadenante por el cual estalló la guerra judía fue una requisa del tesoro del templo,
ordenada en el año 66 d.C. por el procurador de Judea, Gesio Floro. La ira contenida de los judíos por la avaricia y el servicio a los ídolos de los romanos, se descargó. Los zelotes fueron los primeros en alzarse en armas; luego otros judíos conscientes de sus tradiciones se agregaron para luchar contra los ocupadores. Las legiones romanas tuvieron dificultades para defenderse de los revolucionarios, bien pertrechados y altamente motivados, que además eran conocedores del territorio y recibían el apoyo de los pobladores en todo lugar.
La intervención de Vespasiano
En varias campañas militares el futuro emperador Vespasiano trató de someter a los judíos, pero recién su hijo Tito logró conquistar Jerulalén en el año 70 d. C. Vespasiano tuvo éxito, principalmente, en Galilea. Entre sus prisioneros de mayor rango estaba el historiador judío Flavio Josefo, quien cambió de bando impresionado por el mayor poderío romano, y luchó y escribió a favor de los romanos, dejando la crónica más completa sobre las revueltas judías.
El final
Tito, el emperador que luego llegó a gozar de increíble popularidad, continuó las campañas militares de su padre después de que Vespesiano fuera coronado emperador en el año 60 d. C. y tuvo que volver a Roma para fotalecer su poder. Tito conquistó jerusalén después de largas batallas con un alto número de bajas, destruyendola con el templo. En los palacios- fortalezas asmoneos de Jerusalén, el Herodión y el Maqueronte, los combates continuaron durante un buen tiempo, hasta que los combatientes de la resistencia que los ocupaban se rindieron; el fuerte de masada a orillas del Mar Muerto recién cayó tres años después de la conquista de Jerusalén. Tito hizo un ingreso triunfal en Roma; hasta el día de hoy, el Arco de Tito da testimonio de este suceso y de la sangrienta revuelta de los judíos.
Las consecuencias
Judea quedó sometida directamente al emperador, es decir que dejó de formar parte, como lo era hasta ese momento, de la provincia de Siria, para transformarse en provincia imperial y, por ende, propiedad del emperador.
Con la destrucción del templo y la disolución del Supremo Concilio, el judaísmo perdió su centro religioso. Los judíos se vieron forzados, como era moneda corriente en el resto del imperio, a tributar dos dracmas a Júpiter Capitolino, el principal dios romano, les fueron cercenados los privilegios religiosos que les había garantizado Julio Cesar.
El emperador Gayo Calígula, que gobernaba Roma desde hacía dos años, ordenó en el año 39 d,C. que una enorme estatua, que lo representaba como emperador de origen divino, debía ser entronizada en el templo de Jerusalén. Esta tarea fue confiada al legado Publio Petronio, gobernador de Siria, enviado por el emperador. Petronio, recibió la orden de colocar la estatua que personificaba al emperador, si era necesario por la fuerza y con ayuda de la milicia. Detrás de la acción estaba por un lado, la tendencia del emperador a verse a sí mismo como "dios". Por otro lado, la colocación de la estatua era una reacción ante la destrucción del altar del emperador en Jamnia, que se atribuía a los judíos.
La crisis de Calígula
Es probable que entre sus colaboradores de gobierno, el emperador también tuviera asesores contrarios a los judíos.
Como no podía esperarse de otra manera, se produjeron protestas por parte de los judíos que recibían el apoyo de los miembros de la casa real herodiana. Según el relato del sabio judío Filón de Alejandría, quien plasmó por escrito los sucesos, el rey Herodes Agripa 1(+44d.C.) intervino ante el emperador en Roma, pero no tuvo éxito. El inteligente gobernador Petronio postergó tanto tiempo la entronización de la estatua, que la crisis finalmente concluyó con la muerte temprana de Calígula el 24.1.41; otro presunto factor dilatorio fue un conflicto bélico entre los judíos de fe ortodoxa con la milicia romana. A pesar de todo, el temor de los judíos a que el templo de Jerusalén fuese profanado persistió en forma subliminal.
La primera guerra judía
Durante la crisis ocasionada por la estatua de Calígula, Agripa se mostró como un judío fiel a las leyes, que simpatizaba con las doctrinas fariseas; este es otro motivo por el cual accionó contra la cristiandad todavía joven y mandó ejecutar al Apóstol Santiago. Durante su reinado, el territorio, que comprendía aproximadamente el mismo reino que el gobernado en su momento por su abuelo Herodes el grande, los judíos permanecieron en calma
Pero después de la muerte de Agripa, los romanos transformaron su reino en una provincia a cargo de un procurador (como ya había habido durante el gobierno de Poncio Pilato): Los procuradores residían en la provincia de Caesaris. Los impuestos recaudados debían entregarse a los romanos. El clima reinante en el pueblo judío tomó un giroantirromano durante el dominio de los invasores. La adoración del Dios único y el culto que se rendía al emperador romano no eran compatibles. En forma
esporádica estallaban conflictos que, inevitablemente, se resolvían con derramamientos de sangre que dejaban huella entre los fieles judíos, como por ejemplo el levantamiento de Teudas (Hch 5:36). la resistencia a la ocupación romana era impulsada principalmente, por los zelotes ("los que celan").
El comienzo
El suceso desencadenante por el cual estalló la guerra judía fue una requisa del tesoro del templo,
ordenada en el año 66 d.C. por el procurador de Judea, Gesio Floro. La ira contenida de los judíos por la avaricia y el servicio a los ídolos de los romanos, se descargó. Los zelotes fueron los primeros en alzarse en armas; luego otros judíos conscientes de sus tradiciones se agregaron para luchar contra los ocupadores. Las legiones romanas tuvieron dificultades para defenderse de los revolucionarios, bien pertrechados y altamente motivados, que además eran conocedores del territorio y recibían el apoyo de los pobladores en todo lugar.
La intervención de Vespasiano
En varias campañas militares el futuro emperador Vespasiano trató de someter a los judíos, pero recién su hijo Tito logró conquistar Jerulalén en el año 70 d. C. Vespasiano tuvo éxito, principalmente, en Galilea. Entre sus prisioneros de mayor rango estaba el historiador judío Flavio Josefo, quien cambió de bando impresionado por el mayor poderío romano, y luchó y escribió a favor de los romanos, dejando la crónica más completa sobre las revueltas judías.
El final
Tito, el emperador que luego llegó a gozar de increíble popularidad, continuó las campañas militares de su padre después de que Vespesiano fuera coronado emperador en el año 60 d. C. y tuvo que volver a Roma para fotalecer su poder. Tito conquistó jerusalén después de largas batallas con un alto número de bajas, destruyendola con el templo. En los palacios- fortalezas asmoneos de Jerusalén, el Herodión y el Maqueronte, los combates continuaron durante un buen tiempo, hasta que los combatientes de la resistencia que los ocupaban se rindieron; el fuerte de masada a orillas del Mar Muerto recién cayó tres años después de la conquista de Jerusalén. Tito hizo un ingreso triunfal en Roma; hasta el día de hoy, el Arco de Tito da testimonio de este suceso y de la sangrienta revuelta de los judíos.
Las consecuencias
Judea quedó sometida directamente al emperador, es decir que dejó de formar parte, como lo era hasta ese momento, de la provincia de Siria, para transformarse en provincia imperial y, por ende, propiedad del emperador.
Con la destrucción del templo y la disolución del Supremo Concilio, el judaísmo perdió su centro religioso. Los judíos se vieron forzados, como era moneda corriente en el resto del imperio, a tributar dos dracmas a Júpiter Capitolino, el principal dios romano, les fueron cercenados los privilegios religiosos que les había garantizado Julio Cesar.
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el Arco de tito en el Foro Romano, recuerda su conquista de Jerusalén |
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