¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

martes, 5 de octubre de 2010

Juan el Bautista hace presente al profeta Elías


  •    En Mt 11:7-15 Jesús habla sobre la función destacada del Bautista dentro de la historia del reino de Dios. En primer lugar se encuentra en las palabras de Jesús sobre el Bautista una referencia a Malaquías 3:1: " porque éste es de quien está escrito : He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti" (Mt 11:10),
  •     La aparición de Elías fue anunciada en el Antiguo testamento, su cumplimiento se halla en la presentación del Bautista. El hecho de que Juan el Bautista marque un límite al final del antiguo pacto, lo aclara Jesús a continuación: "porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es aquel
  • Elías que había de venir"(versículos 13-14).
            Después de su transfiguración, Jesús habla otra vez sobre la relación entre         Elías y el Bautista. Los discípulos "le preguntaron, diciendo:¿Por qué dicen los   escribas que es necesario que Elías venga primero?
           Respondiendo él les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y como está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él" (Mr 9:11-13). Por su intervención a favor del verdadero Dios,
Elías fue amenazado de muerte: "Solo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida" (1 Re 19:14). la muerte con la cual estaba amenazado Elías, fue realidad para Juan el Bautista; éste fue ejecutado. Esto hace referencia a Juan (aunque no esté mencionado por el nombre, esto se hace evidente si uno lee el texto con detenimiento), que también en su padecimiento es el antecesor del Hijo del Hombre, también aquí le prepara el camino.
  •       El hecho de que Juan el Bautista prepara el camino al Mesías, también en representación de Elías introduciendo la época mesiánica, se ve claramente ya en que el Bautista habla de sí mismo como alguien que antecede y alguien que es inferior: " Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo, respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Lc 3:15-16).
  •     Aquí queda definida la diferencia fundamental entre Jesús y el Bautista /Elías.
            La expectativa del pueblo de que Elías era el Mesías, y no su antecesor, queda evidenciada como incorrecta e impropia. En virtud de la figura de Elías y las expectativas ligadas a él, queda demostrado que la esperanza y la fe del judaísmo temprano sólo en grandes rasgos respondían a lo que se hizo realidad posteriormente
en Jesucristo.
  • A la expectativa de una presentación poderosa de Elías, a quien ya le estaban asignadas cualidades mesiánicas, le contrapone Juan que él era el antecesor, pudiendo hacer sólo poca alusión a lo que vendría en el Mesías. Es central  lo expresado por el Bautista en cuanto al Bautismo con el Espíritu santo, que se hizo posible a través de Jesús. ¿De lo contrario, hubiesen vuelto a aparecer Elías o bien Juan el Bautista como el Mesías! El testimonio de los evangelios se opone a ello.
  • El evangelio de Juan informa cómo el Bautista se entendía a sí mismo.: "Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú quién eres?
  • Confesó, y no negó, sino confesó: Y no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Que pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿ Eres tú el profeta? Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías" (Jn 1:19-23). El bautista rechaza con vehemencia la expectativa mesiánica que algunos vinculaban con su persona.
  • Enseguida al comienzo acentúa: "Yo no soy el Cristo".
  • Tampoco pretende para sí la expectativa relacionada con el entorno de Elías. Algunos también identificaron a Elías con el Mesías. Por eso Juan dice: "No soy". Él tampoco es una de las figuras proféticas a las cuales se ligaban esperanzas mesiánicas. Su función es únicamente de naturaleza introductoria, y para dejarlo en claro cita a Isaías 40:3, donde habla sobre la promesa de que Dios pronto llegaría. El desierto en el cual es preparado el camino al Señor, es el lugar donde Juan predicaba la cercanía del reino de Dios y del Mesías. Ya que Jesús-  como se describe más arriba- equipara a Juan con Elías, este testimonio que dio el Bautista
  • de sí mismo también podría estar motivado en su humildad o desconocimiento sobre su propio envío.
Aunque Juan muestra rasgos de Elías, no es el profeta Elías en persona que vino nuevamente. De ahí  que es inapropiado hacerse la idea de que Juan el Bautista fue la
reencarnación del profeta Elías, o sea que Elías había vuelto a la carne. Es una necesidad de la historia de la salvación que se rechaze el obrar profético de Juan el Bautista como Elías que había vuelto y la venida del Mesías " cuando el tiempo se había cumplido". Es el tiempo en que el reino de Dios está en sus comienzos ; Este hecho es preparado y apoyado por la presencia profética del Bautista.



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