A una avanzada edad, Martín Lutero debió experimentar más de una desilusión. Muchas veces se sentía algo sobreexigido. Se sentía triste porque los hechos evolucionaban de manera diferente a lo que él se había imaginado. Su esposa Catarina, que había observado la situación, intentó ayudarlo y recordó que años atrás, su esposo Martín había escrito con tiza en la mesa la palabra latina "¡Vivit!"
(cuya traducción significa: (¡Él vive!). En aquel entonces, Lutero fundamentó haberlo hecho del siguiente modo." Jesús vive, y si no viviese, yo no querría vivir ni siquiera una hora. Únicamente
porque vive, viviremos por Él, como Él mismo dijo: Porque yo vivo, vosotros también vivireis".
Entonces a Catarina se le ocurrió una idea especial: encargo a un picapedrero que esculpiera a cincel una única palabra en latín en el dintel de la puerta de su casa: "Vivit". A cada persona que entraba en la casa pasando por la puerta, dicha inscripción le recordaba: ¡el Señor vive! esto mismo quiero escribir sobre las puertas de vuestros corazones: "¡Él vive!".Jesucristo vive.
Cuando estamos sobreexigidos y cuando algunas cosas se desarrollan de manera diferente a lo esperado en la vida: Él vive, Él conoce
Cuando estamos sobreexigidos y cuando algunas cosas se desarrollan de manera diferente a lo esperado en la vida: Él vive, Él conoce
todas las cosas y no nos deja solos. Qué consuelo subyace en esta simple palabra: "Él vive!". Es la presencia de Dios, es la fuerza sesde las alturas, la que también obra hoy. Que la fuerza de Dios llene
nuestros corazones. Con ella también podemos ser una bendición y una ayuda para otros.
Una mirada de la época en que vivimos nos muestra las influencias que nos rodean y con las cuales tenemos que lidiar día a día. No se detienen ante la puerta de nuestro corazón, sino que quieren ingresar
en cada corazón. Por eso es importante no volvernos indiferentes a los sucesos de Pascua.
Un tema debe seguir siendo: el Señor venció a la muerte y al infierno, y cuando regrese, se manifestará
la fuera vencedora del Hijo de Dios. Dichosos nosotros si tenemos parte de esta fuerza para vencer.
Todos los sucesos de Pascua se resumen y son llevados a un punto que se plasma en una palabra
del Ápostol Pablo dirigida a los Corintios: Y Dios que levantó al Señor, también a nosotros nos levantara con su poder".
esta es la transcripción precisa de nuestro futuro. Seremos transfigurados cuando el Señor regrese; nuestro cuerpo será igual al cuerpo glorificado del Señor y podremos tener comunión eterna con el Dios
trino. Esto ha sido resumido aquí en una frase, la buena nueva de Pascua: Dios levantó al Señor. Y dios también nos resucitara por su fuerza. Tendremos parte en la victoria del hijo de Dios sobre la muerte.
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