¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

martes, 22 de junio de 2010

El cuerpo de resurrección - tercera parte

  
     La resurrección de Jesús es un hecho que se sustrae a la experiencia y la descripción humana, no hay nada que se le pueda comparar. Es una realidad histórica, pero sólo puede ser comprendida y probada como una verdad a partir de la fe: Cristo resucitó verdaderamente. Así como uno casi no puede describir cómo se imagina la resurrrección, muy poco puede decirse, sobre el cuerpo de resurrección. Éste se halla, no obstante, en una continuidad con respecto al cuerpo de carne y sangre, como lo atestigua, entre otros, el pasaje sobre la exhortación del Resucitado, de que Tomás pusiera su mano en su costado para sentir sus cicatrices. Mas el cuerpo de resurrección como cuerpo glorificado no puede compararse con el cuerpo material. El hecho de que en las confesiones de la iglesia antigua se mencione la resurrección de la carne, tiene su fundamento en el rechazo, ante todo,de los herejes gnósticos que cambiaron el significado de redención, asignandole el de liberación de la materia.
   Esta hostilidad con el cuerpo no tiene fundamento Bíblico. La resurrección de Jesús no significa que volvió a la vida como p.ej. en el caso de Lázaro, sino que es el reingreso del Hijo a la gloria del Padre.
Su cuerpo glorificado está fuera de toda limitación, está más allá de muerte y vida, y no está sujeto a espacio ni tiempo. Con este cuerpo el Señor se presenta en medio de sus discípulos ( comparar con Lucas24:36 ), atraviesa puertas cerradas (comparar con Juan20:19y 26), parte el pan con sus discípulos (comparar con Lucas24:30). Les muestra la marca de sus heridas y come con los suyos (comparar con Lucas 24:40-43, Así deja en claro que está presente no como un ser espiritual, sino como el resucitado en persona.
   La pregunta sobre el  "cómo" de la Resurrección y la conformación concreta del cuerpo de resurrección es rechazada expresamente por el Ápostol Pablo por inadecuada:" Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? Necio, lo que tu siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano...
Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán "un ser viviente" (Génesis 2:7),  y el postrer Adán espíritu vivificante. Más lo espiritual no es primero, sino lo animal: luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del Cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales tambien los Celestiales. Y así como hemos traido la imagen del terrenal, traeremos también la imagen Celestial" (Corintios 15:35-49).
   El cuerpo que recibiremos en la resurrección, será igual al de Cristo después de su resurrección:"...Al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de humillación nuestra, para que sea semejante al
cuerpo de la Gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas" (Filipenses3:20-21).
Con el cuerpo glorificado se hace posible ver la gloría divina, lo cual está vedado al cuerpo de carne y sangre. El profesarse a Jesucristo y su resurrección significa bienaventuranza y es el fundamento para la salvación del hombre: Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo" (Romanos 10:9). No se trata de la fe en sí misma, sino de la fe proclamada en público ("con la boca");por eso

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