¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

lunes, 29 de julio de 2013

En el centro del Servicio Divino

  Es el punto culminante del servicio Divino. "El cuerpo y la sangre de Jesús dados para ti",
dice el Pastor. El creyente recibe una hostia. Ahora tiene comunión con Jesucristo.
             Se confiesa a Él. Y a la Iglesia.

                         Historia de la interpretación nuevoapostólica
                                           de la Santa Cena
En el Servicio Divino se ve claramente la autocompresión de una Iglesia.
Y como elemento central del Servicio Divino, la Santa Cena constituye un criterio particular para delimitar a las diferentes Iglesias entre sí. En el movimiento ecuménico se presentan aquí las mayores dificultades, especialmente cuando se trata de la participación mutua de los festejos de la Santa Cena. Ante todo,es objeto de debates hasta qué punto está presente Jesucristo mismo durante el festejo de la Santa Cena en el pan y el vino.

                         En la Iglesia Católica Apostólica
La Iglesia Católica Apostólica se orientaba en la interpretación luterana de la Santa Cena. Su Obispo y escritor Heinrich Thiersch destacó que " en la Santa Cena está la verdadera y real presencia del cuerpo y la sangre de Cristo. Aquí no hay otro cuerpo ni hay otra  sangre, sino, como dice el Señor, el mismo cuerpo que fue partido por nosotros y la misma sangre que fue derramada por nosotros para remisión de los pecados".
  Así como en la interpretación luterana de la Santa Cena, la doctrina de la consustanciación o de la presencia real se relaciona directamente con la doctrina de las dos naturalezas. "Sucede aquí algo similar al misterio de la persona de nuestro Señor Jesucristo, en la cual están unidas la condición divina y la condición humana.[...] Este es verdadero Dios , así como no deja de ser hombre. De manera tal decimos: esta es la dádiva celestial, el cuerpo transfigurado y la sangre transfigurada de nuestro Salvador exaltado, e igual sigue siendo pan y vino".
 Thiersch criticaba a la doctrina católica de la transustanciación, a la que objeta que no toma con suficiente seriedad la verdadera condición de hombre adoptada`por Jesucristo. En forma aún más crítica evalúa Thiersch la doctrina reformada de la Santa Cena, la cual degrada el pan y el vino sólo como referencia al cuerpo y la sangre de cristo. "Aquellos que no profesan presencia alguna del cuerpo y la sangre de Cristo en la Santa Cena, devalúan su festejo de la Santa Cena al nivel de una comida fraternal [ágape]".

                      El tiempo del Apóstol Mayor Niehaus
    En el tiempo del Apóstol Mayor Niehaus, el perdón de los pecados pasa a ocupar el punto central. Se lo relacionaba mucho con la Santa Cena: "Por la palabra de Absolución (perdón de los pecados), el creyente es eximido de sus culpas, pero gustando la Santa Cena obtiene el recibo y la señal de que han sido perdonados los pecados". Por su relación con la Santa Cena, el perdón de los pecados adquiere un carácter sacramental, sin que fuese declarado un Sacramento.

                        Desarrollo desde el Apóstol
                         Mayor Bischoff
   En el libro "Los ministerios y Sacramentos de la Iglesia Nueva Apostólica" Publicado en 1935, la Santa Cena ocupa un espacio relativamente amplio. se vuelven a adoptar los elementos ya conocidos de la Santa Cena. La Santa cena es relacionada directamente con los demás Sacramentos: "El festejo de la Santa Cena recuerda al hombre su renacimiento, que le fue proporcionado por el Bautismo con Agua y Espíritu".
  Asimismo, en ese tiempo se vuelve a adoptar la eucaristía, el agradecimiento, en la interpretación nuevoapostólica de la Santa Cena: " Si recibimos la Santa Cena para recordar al Señor, no es una cena de duelo, sino más bien, como lo insinúa una vieja denominación, una acción de gracias en la cena que es celebrada en conmemoración de la muerte del Señor". En forma similar a como ocurre en la doctrina católico-apostólica de la Santa Cena, se evidencia que la Santa Cena recuerda, por un lado, la muerte de Jesús y, por el otro, brinda comunión con el "cuerpo de resurrección de Jesús": La verdadera presencia del cuerpo y la sangre de Jesucristo es destacada expresamente.
  En la ultima edición de "Preguntas y respuestas sobre la fe nuevoapostólica" de 1992 dice como respuesta a la pregunta 203" ¿Qué es la Santa Cena?": "Los cristianos nuevoapostólicos no sólo viven la Santa Cena como un acto conmemorativo (haced esto en memoria de mí, Lucas 22:19).Antes bien está en medio de ellos el Hijo de Dios, a quien recuerdan los creyentes". Ademas se la relaciona con la eucarestia: " La Santa Cena es además una fiesta de alegría, glorificación y agradecimiento[...] Así como Jesús tomó pan y vino y agradeció, así se presenta la comunidad con pan y vino ante Dios para alabarle y para agradecer por el mérito del Hijo":
  También hace alusión a la relación de pan y vino con el cuerpo y la sangre de Cristo: "Por la consagración, el pan y el vino no cambian materialmente, pero en la realidad espiritual se han convertido en aquello para lo que fueron separados: en el cuerpo y la sangre de Jesús".

                              La interpretación actual
   En el capítulo 8 del Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica (CINA) se desarrolla la interpretación actual de la Santa Cena de nuestra Iglesia. En su forma y en su terminología difiere   considerablemente de las fuentes nuevoapostólicas citadas hasta la fecha, siendo muy similar a los textos católico-apostólicos sobre la Santa Cena.
  En el centro, como siempre, está la presencia del cuerpo y la sangre de Cristo en el Sacramento. "Mediante la consagración y pronunciando las palabras de institución, no es transformada la sustancia de los elementos pan y vino" (CINA párrafo 8.2.12). No tiene lugar una transformación (transustanciación) de pan y vino en cuerpo y sangre, sino que ambas sustancias se unen (consustanciación). La doble esencia de los elementos de la Santa Cena destaca las dos naturalezas de Jesucristo: pan y vino responden a la naturaleza humana, cuerpo y sangre a la naturaleza divina de Jesucristo. Por lo tanto, el Señor está presente durante el festejo de la Santa Cena como verdadero Dios y también como verdadero hombre.
   Como Jesús también está en medio de la comunidad como el Crucificado, el Resucitado y el que retornará, en la Santa Cena se recuerda en forma especial su sacrificio. Pero esto no significa que solamente la presencia de Cristo conduce al perdón de los pecados. A tal efecto se necesita la absolución realizada previamente.
 La Santa Cena además es una cena de conmemoración, una cena de confesión y una cena de comunión.  En ella se recuerda la muerte de Jesucristo como un hecho único y válido para todos los tiempos. Y también se conmemora la institución de la Santa Cena en presencia de los Apóstoles (CINA 8.2.8).
    El creyente se confiesa a la muerte, la resurrección y el retorno de Jesucristo. El que participa de un festejo de la Santa Cena en una determinada congregación religiosa documenta su concordancia con la confesión específica de la Iglesia respectiva. El que en la Iglesia Nueva Apostólica va regularmente a la Santa Cena, confiesa con ello su fe en la autoridad de los Apóstoles hoy activos y orienta su vida al retorno de Cristo (comparar con CINA 8.2.9).
 Finalmente la Santa Cena es una cena de comunión. El Hijo de Dios encarnado y glorificado está en comunión con los creyentes y además los participantes del Servicio Divino se hallan en comunión entre sí (CINA (8.2.11)

Resumen
La interpretación nuevoapostólica de la Santa Cena tiene
    sus raices en la interpretación católico-apostólica de los Sacramentos.
Bajo el Apostol Mayor Niehaus, el perdón de los pecados
 adquieren un significado casi sacramental, bajo J.B. Bischoff
se acentua el significado de la Cena sacramental.
 el Catecismo retoma la tradición católico-apostólica.


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