¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

sábado, 15 de octubre de 2011

Éfeso

¡Ciudades bíblicas!

Éfeso es una de las ciudades más importantes de la Antigüedad.
Solo se la menciona en el Nuevo Testamento, específicamente
 en los Hechos, en las epístolas de Pablo y en el Apocalipsis de Juan.
 La misión del Apóstol Pablo en Asia Menor
estaba estrechamente vinculada a Éfeso.

Importancia en la Antigüedad

   Éfeso está situada cerca de la ciudad de Selçuk en la costa occidental de Turquía.
Antiguamente, la ciudad tenía acceso directo al Mar Egeo, pero ahora el puerto ha quedado seco. Éfeso fue fundada a fines del siglo II antes de Cristo por colonos griegos. La ciudad se constituyó en uno de los centros económicos,culturales y espirituales de Asia Menor. El puerto era un lugar principal de trasbordo para todo tipo de mercaderías. En Éfeso vivió el famoso filósofo griego Heráclito (hacia 480 a. C),
 a quien se apodó "el oscuro" por lo enigmático de sus postulados. El filósofo aseguraba que todo fluye, nada permanece, que el cambio es la razón original de todo lo que es. De Heráclito también proviene aquella calamitosa frase que afirma que "La guerra es padre de todas las cosas". Éfeso era famosa por el santuario de Artemisa, considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo, que probablemente fue construido hacia 800 a C. El santuario de Artemisa es el templo de la diosa griega del mismo nombre, que en Asia menor era adorada como cibel o gran madre, llamada Artemisa por los griegos y Diana por los romanos. En el santuario de Artemisa había una estatua de la diosa, a la que se rendía culto. Ya en la Antigüedad había corrientes turísticas y peregrinos que para la población de Éfeso eran una fuente segura de ganancias. Los peregrinos debían ser atendidos y alimentados. Además, dormían en las posadas y querían llevarse recuerdos de viaje y objetos religiosos.

En el Nuevo Testamento

Entre los romanos, Éfeso se transformó en la ciudad más grande e importante de la provincia romana de Asia junto a la ciudad capital de Pérgamo (desde 133 a C.). En el siglo I d.C., según los cálculos, Éfeso contaba aproximadamente 200.000 habitantes. Gracias al comercio y al culto de Artemisa, había logrado el bienestar aunque en el año 23 d.C. un terremoto destruyó muchas construcciones. El historiador romano Flavio Josefo da cuenta de que en Éfeso se habían radicado algunos judíos. Un dato que el Nuevo Testamento ratifica. También vale comentar que el Apóstol Pablo predicó en la sinagoga de Éfeso (Los Hechos (19:8).
 
Pablo en Éfeso
En su viaje de regreso de Corinto, Pablo llegó con sus compañeros Aquila y Priscilla a Éfeso. Pero el Apóstol no permaneció allí por largo tiempo y dejó a sus acompañantes en Éfeso (comparar con los Hechos 18: 18-22).
El judíocristiano Apolos, "natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las escrituras", se encontró con Priscila y Aquila (Los Hechos 18-24). "Este era instruido en el camino del Señor", pro sólo conocía el bautismo de Juan. Con una carta de recomendación de los hermanos de Éfeso, dirigida a los discípulos de Grecia, Apolos se dirigió a Corinto, donde activó con abundante bendición (comparar con los Hechos 18:25-28). Cuando alrededor del año 52 d. C., el Apóstol Pablo retornó su actividad misionera en Éfeso, encontró un grupo de hermanos que igual que Apolos sólo habían recibido el bautismo de Juan y que no conocían el Espíritu Santo. Se presume que este grupo es consecuencia del activar de Apolos. Pablo bautizó a los discípulos y les donó el Espíritu Santo. Lucas nos relata que eran aproximadamente doce (comparar con los Hechos (19:1-7). Después Pablo predicó en la sinagoga ante la comunidad compuesta de judíos, prosélitos (paganos convertidos al judaísmo) y paganos temerosos de Dios. Más adelante lo hizo en la escuela de Tirano ante un auditorio compuesto de diferentes grupos de habitantes. Quién es Tirano no es fácil explicar sin lugar a dudas: se presume que era un maestro de oratoria o un filósofo, que puso a disposición del Apóstol su escuela que era una especie de auditorio. Según nos dicen algunos documentos bíblicos antiguos, parece que facilitaba el salón entre las 11 y las 16 horas, es decir casi al mediodía, mientras la escuela no se utilizara para otros fines. En Éfeso había judíos que exhorcizaban espíritus malignos en el nombre del Señor Jesús. Habrían sido los "siete hijos de un tal Sceva, judío príncipe de los sacerdotes" (para ser más precisos, pertenecían a una familia de la aristocracia del templo de Jesusalén, parientes de los sumos sacerdotes porque no hubo príncipe de los sacerdotes con este nombre). Esta circunstancia sirvió para que el nombre del Señor fuese muy alabado (versículos 13-17). El libro de los Hechos comenta más adelante sobre los convertidos al cristianismo que antes habían practicado la brujería y que después de convertirse, quemaron sus libros de magia (versículos 18-19). Es real que de fuentes antiguas se conocen libros de magia, particularmente apreciados en Éfeso. Estas palabras mágicas se utilizaban para exorcisar espíritus malos y para proteger contra los demonios.
 Éfeso en el Apocalipsis
Por la carta de envió del Apocalipsis de Juan a la comunidad de Éfeso (Apocalipsis 2:1-6). tomamos conocimiento de los misioneros peregrinos, que falsamente aseguraban ser Apóstoles, mentira que se dejó ver a la comunidad. Ésta se valió de un procedimiento que no conocemos y que los puso a prueba (versículo 2). El Apóstol Pablo ya había advertido sobre los Apóstoles falsos (comparar con 2 Corintios 11:13).

Éfeso fuera de la Biblia

 Éfeso también desempeña un papel importante en la leyenda cristiana. se cuenta, que Juan, el Apóstol y discípulo predilecto de Jesús, y María, la madre de Jesús supuestamente  habían vivido en Éfeso. En este lugar se supone que también está la tumba de Juan y que María murió en esta ciudad. Se presume también, que los discípulos del Apóstol primero recolectaron y guardaron sus escritos en Éfeso antes de que se produjese el canon del Nuevo Testamento. Así fueron transmitidos los escritos "juanistas" (el Evangelio de Juan, las tres epístolas de Juan y el Apocalipsis).
 En Éfeso también encontramos el origen de la leyenda de los "Siete durmientes". Siete hermanos de Éfeso que eran perseguidos por su fe cristiana, fueron encerrados vivos en una cueva por orden del Emperador Decio en el año 251 d.C. Cuando en el año 447 se quito el muro que bloqueaba la salida, los hermanos despertaron de un largo sueño. El arquetipo de esta leyenda probablemente se encuentra en India y la cueva presuntamente está en Éfeso.

Éfeso en la historia de la Iglesia

Dada su importancia por la vida y muerte de María, Éfeso evolucionó hasta transformarse en un santuario. En la ciudad María, la madre de Jesús era adorada como antes lo era Artemisa. El tercer concilio Ecuménico se llevó a cabo en el año 431 d. C. en Éfeso En este encuentro María era caracterizada como la que dio vida divina, lo que significa que realmente dio vida al Hijo de Dios y no solo al hombre Jesús. En el año 263 d. C., Éfeso fue devastada por los godos y en los siglos IV Y VII destruida por intensos terremotos. En 1425 fue conquistada definitivamente por los otomanos; en épocas más recientes, Éfeso  se transformó en pueblo y en puerto seco. El santuario de Artemisa se utiliza como cantera a partir del siglo IV d.C.
Epístola a los Efesios

Varias cartas importantes para los primeros cristianos fueron dirigidas a la comunidad de Éfeso: además de la carta de envió de Apocalipsis 2, también se enviaron la  epístola a los Efesios del Apóstol Pablo y una carta de Ignacio de Antioquía. La epístola a los Efesios, contenida en el Nuevo Testamento, destaca la soberanía de Cristo, quien se halla sentado a la diestra de Dios y a cuyos pies su Padre colocó todo (comparar con Efesios 1:15-23); en la epístola a los Efesios Cristo es la cabeza de la Iglesia (comparar con Efesios 4:15-16).
Artemisa
                                                               
Los siete durmientes










                                

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