¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

domingo, 26 de junio de 2011

Bendición y maldición


Cada uno conoce las palabras "bendición", "bendecido" o "abundante en bendición".
Las utilizamos cuando algo se multiplica, mejora o sale bien.
Por el contrario, toda persona también conoce lo que es una "maldición" o cuando se maldice algo.
Entonces algo empeora o no quiere salir bien. ¿Pero qué significan "bendición" y "maldición"
con referencia a la fe?

Cuando Dios ayuda a una persona o le da algo, se habla de bendición. 
Lo importante del caso es que Dios dona bendición y nada espera a cambio.
De manera que el hombre no puede ganarse la bendición, sino que la recibe por el amor de Dios. Por ello, nadie tiene "derecho" a la bendición frente a Dios. Por la bendición, Dios dona fuerza y ayuda al hombre, de manera que las cosas salgan bien o las preocupaciones desaparezcan. La bendición no siempre es algo visible externamente. Nadie que tenga una gran casa o un auto veloz tiene más bendición que el que tiene menos posesiones materiales. La bendición también puede implicar satisfacción o alegría en una persona.
Muchas veces recién se reconoce muy tarde que Dios donó bendición.
   La Biblia muestra cómo Dios bendice a diferentes mujeres y hombres.
Así Job experimentó cómo Dios le quito toda su bendición y permaneciendo Job fiel, se la volvió a dar.
Abraham fue bendecido constituyéndose en patriarca del pueblo de Israel. En la Biblia también se puede leer que Dios bendijo a grupos de personas y pueblos enteros, como al pueblo de Israel o a las comunidades de la Iglesia primitiva.

La Biblia también relata que los hombres bendicen a otros hombres.

Isaac, por ejemplo, dio a su hijo Jacob la bendición de la primogenitura (que en realidad, hubiera correspondido a Esaú). Pero cuando una persona bendice a otra, le confía la ayuda o la protección divina.
Y es Dios finalmente, quien da. Así, Isaac al bendecir a Jacob dijo: "Dios pues te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto".

Todavía hoy se bendice. Al final de cada Servicio Divino:
 el Pastor otorga la bendición final
con la cual encomienda la comunidad a la ayuda de Dios:

"¡La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo, sean con todos vosotros", esta bendición fue escrita, originariamente por el Apóstol Pablo a la comunidad de Corinto.
Dios tiene en sus manos bendecir y maldecir.Por ejemplo, maldijo a la serpiente después que ésta tentara a Adán y Eva.
Y a través de Moisés, Dios dió a conocer que debían ser maldecidos quienes fabricaran figuras de ídolos. En el Nuevo Testamento a los cristianos se dice varias veces que no deben maldecir. En este sentido, el Apóstol Pablo escribió: "Bendecid a los que os persiguen: bendecid y no maldigáis". Y Jesús dijo algo parecido en el Sermón del Monte, cuando hablaba de amar al enemigo:

 "Bendecid a los que os maldicen".
En la Biblia no hay muchas referencias a las bendiciones de Jesús. Quizá se dé tan por supuesto, que la Biblia ni siquiera lo mencione reiteradas veces.

Los evangelios también mencionan que cierta vez Jesús maldijo:
 no fue a un hombre sino a una higuera, porque no llevaba frutos
cuando sentía hambre. Como consecuencia de ello, la higuera se secó.

Pero los evangelios muestran
que Jesús bendijo a unos niños
aunque los discípulos, en primera instancia,
no querían que se acerquen a Él.