¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

martes, 19 de abril de 2011

¡" Vencer "!



    En las siete misivas, a los vencedores se les hacen grandiosas promesas, cuya coronación es la siguiente: "El que venciere, heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo". Al considerar lo que significa heredar todas las cosas, podríamos sacar como conclusión que se trata de vencer grandes y formidables cosas librando batallas en las que debemos combatir recurriendo a todas nuestras fuerzas.
Pero cuanto más nos ocupemos de vencer, tanto más llegaremos al reconocimiento de que lo más importante son las pequeñas cosas. Porque en su mayoría no son las grandes y funestas pasiones, sino las conductas humanas más corrientes las que se oponen a la voluntad divina y que deben ser vencidas. Un ejemplo de ello es el llamado de Moisés a conducir el pueblo de Israel. Moisés se mostró reticente: una reacción totalmente humana. En el mundo del trabajo actual se habla del "profesional de la objeción" haciendo referencia a las personas que a todo tienen algo que objetar o criticar. En su época, el Señor no permitió que Moisés reivindicara sus objeciones. En la Escritura dice incluso que Él se enojó con Moisés y éste tuvo tuvo que vencer sus dudas y reservas.
Cuando Dios llama, no hay lugar para objeciones y vacilaciones, simplemente hay que hacer lo que Él quiere. Oservémonos por un instante a nosotros mismos: supongamos que alguien se dirige a nosotros y nos propone hacernos cargo de la labor de "dar una mano" en la comunidad. De inmediato se nos cruzará por la cabeza: "justo me toca a mí... hay otros que seguramente lo harían mejor que yo".
Recordemos la parábola en la cual Jesús narra que un hombre envió a sus siervos a invitar a otras personas para que concurrieran a una gran cena. ¿Cómo reaccionaron los que fueron invitados? De manera muy humana: "Nos gustaría ir, pero tenemos este o aquel compromiso", "quizas más adelante", "la verdad es que este no es el momento propicio". Echemos ahora una mirada a nuestra época: ¿no es este mismo un tema de candente actualidad? El Señor da a conocer con claridad lo que no le agrada: la tibieza, indecisión, vacilación y duda, las objeciones: cuando llama, es necesario vencer todo esto.
Para finalizar agregaré un pensamiento: vencer es como una puerta: Quizás haya que hacer un poco de esfuerzo para abrirla. Pero recién cuando hayamos pasado a través de ella, experimentaremos a Dios de manera especial: ¡la bendición vendrá en cantidad abundante!

Vencer es uno de los temas
que trata el Apocalipsis.