¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Fuentes de fuerzas

   Cuando escuchamos hablar del "reino de Dios" o del reino de los cielos", generalmente pensamos en el reino de Dios futuro. Como humanos no es difícil describirlo en todas sus facetas, es prácticamente imposible. En todo caso lo han intentado hacer, por ejemplo poetas o compositores creyentes que trataron de acercarse a Él de manera verbal o con una percepción sensible. Sencillamente no hay palabras para expresar lo inconparable que será la vida en el reino de Dios en gloria. En el Apocalipsis, Juan describe lo que no existe en el cielo nuevo creado por Dios: "...y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor..."(Apocalipsis 21:4).
Cuando Jesus el hijo de Dios, se refiere al reino de los cielos, también incluye el reino de Dios del presente, el cual crece y será consumado. En la parábola del grano de  mostaza y la de la levadura, describe la fuerza que reside en este reino y en la nueva vida en Dios. De la parábola del tesoro en el campo y de la perla preciosa que eclipsa todo lo  que existe, se hace ostensible que no es suficiente con esperar la creación y evolución del reino de Dios, sino que es imprescindible atenerse a : "Negociad entre tanto que vuelvo".
Para que el reino de Dios pueda conformarse, no solamente tenemos que leer o escuchar hablar , "porque
el reino de Dios no consiste en palabras, sino en virtud" (!Corintios 4:20).
Es importante y valioso que apliquemos la virtud y trabajemos para el Señor. Como hijos de Dios nos debemos esforzar en poner por obra la palabra divina, para que no sea que "así también la fe, si no  tuviere obras, es muerta en sí misma ( compárese Santiago 2:17).
La virtud del Espíritu Santo que vive en nosotros nos capacita para que ya en la juventud realicemos buenas obras y seamos un testimonio de fe viviente.
Con la ayuda de esta virtud divina perseveraremos en la fe, venceremos al mundo y nos esforzaremos por ser dignos para ser aceptados en el día del Señor.
¡Qué fuente especial y productiva de fuerzas es también la alegría en el Señor! al fortalecimiento de la fe.
Equipados con alegría, nuestro trabajo en su Obra es mucho más productivo. Quien carece de alegría, pronto se desanima se vuelve indiferente. La alegría en el Señor es imprescindible para un activar
categóricamente nuevoapostólico.¡José poseía la gran virtud del temor de Dios! Pudo vencer las tentaciones y fue ampliamente bendecido.
Para David, la plena confianza en Dios fue una fuente de fuerzas que lo fortaleció a tal punto  que pudo
emprender la lucha contra Goliat, a pesar que no parecía tener chances de vencerlo.
Si tomamos de todas las fuentes que brindan  fuerzas y permitimos que la virtud del Espíritu Santo obre en nosotros,
podremos decir como el Apóstol Pablo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).
Mucha bendición, fuerzas y alegría os desea...Walter Schorr

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