Otro punto de vista fundamentalista es que con la Biblia se da por terminado el tiempo de las revelaciones. " Ya que desde la culminación del canon no hubo profetas o Apostóles en el sentido del Antiguo ni del Nuevo Testamento, tampoco hubo más autores potenciales de escrituras canónicas inspiradas posteriormente"
(John MacArthur, ídem, pag 20). Esto obviamente está relacionado con que desde el punto de vista fundamentalista las revelaciones que esperamos del ministerio de Apóstol actual, parecen imposibles de antemano. En oposición a ello, nuestra Iglesia acentúa que hoy efectivamente hay Apostóles y que por el ministerio de Apóstol se pude llegar a echar un vistazo en el plan divino de salvación, del cual en la Sagrada Escritura sólo hay una insinuación.

De tal manera los círculos bíblicos dentro de las comunidades fundamentalistas o evangélicas, constituyen la realización apropiada del sacerdocio general de todos los creyentes. La posición de la Iglesia Nueva Apostólica también se diferencia básicamente en este sentido del fundamentalismo y el evangelicalismo, ya que destaca la necesidad de que el ministerio de enseñanza llamado por Dios, el apostolado, sea el responsable de la explicación de la palabra bíblica, lo cual adquiere carácter obligatorio. Por lo tanto, en los círculos bíblicos nuevoapostólicos el texto bíblico tampoco puede ser considerado independientemente de la interpretación autorizada del apostolado.
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