¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

sábado, 23 de junio de 2018

El templo espiritual





            Cuando Jesucristo, el Hijo de Dios viviente, murió en la cruz para Salvación de la humanidad, la cortina que estaba entre el Santuario y el Santísimo en el Templo de Jerusalem, separandolos, se rompió. Este hecho nos indica que Dios abandonó ese recinto: el Templo estaba predestinado a sucumbir tal como lo había vaticinado el Señor Jesús: "No será dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruida": La historia confirma que en el año 70, Jerusalem fue destruida  por los romanos y que del Templo realmente no quedó piedra sobre piedra.
  El Hijo de Dios se había allegado a los hombres para colocar la piedra fundamental y angular para un nuevo Templo Espiritual. Cuando junto a sus discípulos miraba el Templo de Jerusalem y vaticinaba su destrucción, ya había elegido a Sus futuros Apóstoles como las

 de una Jerusalem Celestial y se aprestaba a preparar los implementos sagrados de esta nueva Casa: los Sacramentos de su Iglesia.

   Del nuevo Templo se puede decir con razón: "¡Mira qué piedras y qué edificio!"
  El Templo espiritual está conformado por Almas vivientes y en cada una de estas  "piedras" trabaja el Señor. Dios no las abandonará, sino que trabajará en ellas hasta que su Hijo haya terminado Su Obra de Redención. Cuando se rompió la cortina en el antiguo templo, era esa la señal que de allí en más y para todo aquél que deseaba hallar Gracia y Salvación, quedaba abierto el camino que conduce al Santísimo, es decir al corazón del Redentor.
  El fundamento de esta edificación maravillosa es y será Cristo; el realizó el Sacrificio, el fundo la Iglesia, todo está en Sus manos y es quién  consumará su Obra.
  Este templo espiritual conformado por Almas vivientes, está adornado por las virtudes  del Espíritu Santo. La Gracia es el techo de oro; este y sus paredes resisten todos los embates del maligno, porque están sobre un buen fundamento: Cristo Jesús. El frío glacial de nuestra época no se puede expandir en este Templo, ya que dentro de él reina un calor muy agradable; el amor de Dios.
   El corazón de este Templo espiritual es el altar viviente en el que se manifiesta la palabra de Dios, donde son perdonados los pecados y es ofrecida la gracia Divina. Los implementos sagrados son los Sacramentos de la Iglesia de Cristo; los dones de los Pastores son la misericordia, el celo por la Obra de Dios, la fe y la oración. ""¡Mira que piedras y qué edificio!"  ¡Las almas que conforma el Señor, la Obra Obra que construye y termina, no hay nada que lo iguale!
   en esta Obra de Redención estamos involucrados y queremos seguir estándolo con alegría, pidiendo día a día al Señor, tal como lo hiciera el rey David:  "Una cosa he demandado al Señor, esta buscaré: que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor  y para inquirir en su Templo".

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