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Primera visita del Apóstol Mayor Wilhelm Leber a los Paises Bajos: El domingo 3 de julio, realizó un Servicio Divino en ayuda para los difuntos en la comunidad de Hilversum. |
Allí se habían reunido los hermanos y las hermanas del distrito Leeuwarden (Norte de los Países Bajos): el Servicio Divino fue transmitido por imagen y sonido a otras 20 comunidades de los Países Bajos: Además del anfitrión, el Apóstol de Distrito Theodoor de Brujin, acompañaron al Apóstol Mayor los Apóstoles Walter Drawe (Norte de Alemania), Pavel Gamov (Rusia), Jens Korbien (Sajonia -Anhalt) y Heinz Kreuzberger (Hesse).
El sábado 2 de Julio, el Apóstol Mayor y sus acompañantes visitaron el cementerio,
militar Grebbeberg, Rehnen. Allí se encuentran sepultados los soldados holandeses que en aquella región defendieron su país de las tropas alemanas en mayo de 1940. En este lugar se reunieron unos 100 hermanos y hermanas y un coro entonó algunos cánticos.
El Apóstol Mayor Leber y el Apóstol de Distrito Theodoor de Brujin depositaron una ofrenda floral, con algunos instantes de silencioso homenaje. El Apóstol mayor recordó la finalización de la guerra hace 60 años y exhortó no olvidar el alto valor que implican seis décadas de paz.
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"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados." Mateo 5:6 |
Mis cordialmente amados hermanos y hermanas!
Ahora deseo vincularme a cada corazón, aquí en esta Iglesia y también en las comunidades conectadas. Es la primera vez que vengo a veros como Apóstol Mayor. Y he venido gustoso hasta aquí con vosotros, porque no sois extraños para mí. Me siento muy unido a vosotros. Esto encuentra su razón en el pasado, porque hubo un tiempo en el cual estábamos muy estrechamente unidos, a través de vuestro Apóstol de Distrito. Esa era la época del Apóstol de Distrito Pos, que también fue mi Apóstol de Distrito, y como bien sabéis, se ocupó del norte de Alemania durante cierto tiempo. Me gusta recordar muchos encuentros de aquella época. Pero no nos debemos quedar detenidos. Todo debe seguir adelante y no tendríamos ganancia si nos quedásemos pegados al pasado. Siempre es válido ocupar todo el presente y esto es lo que queremos hacer hoy. Por eso os convoco a colaborar, para que la mano de nuestro Dios se manifieste y actúe en el presente.
Las puertas del infierno no son más fuertes que la comunidad
En el ínterin sucedieron unas cuantas cosas. También vosotros en los Países Bajos no habéis quedado ajenos a las afrentas y luchas.
¿Quizá se plantee aquí y allá la pregunta de cómo seguir adelante? Alguna que otra nube oscura se vislumbra en el horizonte. Y quizá nos preguntemos cómo se verá la obra de Dios dentro de diez años, si todavía tuviéramos que estar aquí. Amados míos, igual quiero colocar en vuestra alma una palabra de seguridad y recurro a lo dicho por el Señor en su momento a Pedro: "y yo también te digo, que tu eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia..." A esto sigue la bella oración que dice:"... y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18). Esto también se aplica a la comunidad de los Países bajos: Las puertas del Hades o infierno no nos avasallarán mientras permanezcamos en la roca, vinculados al Apóstol Mayor. Y esto nada tiene que ver con la persona. Así estaremos sobre el lado seguro. Entonces la bendición y la fuerza estarán allí. Os puedo prometer esto, amados míos. Porque es una promesa del Señor. De esta oración existe una traducción que difiere un poco de"...y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella". Esta traducción habla de que las puertas del infierno no serán más fuertes que la comunidad. Tanta fuerza hay en la comunidad de Dios. Las puertas del Hades no son más fuertes. Pero también tenemos que ser conscientes de la fuerza divina. Y hay que buscarla una y otra vez, amados hermanos y hermanas. ¡de manera, entonces, que permanezcamos en la roca! Tengamos confianza y no nos dejemos quitar la alegría por ciertos nubarrones. vayamos con valor al futuro. "Las puertas del Hades no prevalecerán contra..." nosotros". Veamos la fuerza divina y hagamos frente a todos los problemas de este tiempo, una y otra vez con la fuerza divina. Entonces los problemas se podrán resolver.
Ahora tenemos un día festivo especial porque recordamos a los que partieron antes que nosotros y buscan la conexión con los redimidos del mundo del más allá, a quienes espiritualmente queremos tender la mano y mostrarnos llenos de misericordia para que puedan salir de las cárceles, a la luz.
¿Qué debemos hacer de nuestra parte para lograrlo? Ya oímos: es necesaria la misericordia y se necesitan oraciones fervientes de profunda fe. Me remito a un suceso de la Santa Escritura: en hechos se relata que cierta vez, una joven mujer de la comunidad del Señor había fallecido (comparar con Hechos 9:36-42). Se llamaba Tabita.
como era sabido que el Apóstol Pedro estaba en las cercanías, se le pidió que viniera presuroso. Fue así que entró a la casa donde la mujer estaba siendo velada. Allí se habían reunido mujeres vestidas de luto, que lloraban por la fallecida. Ellas mostraban los vestidos que aquella joven había cosido en vida. Pero todo ello ya no tenía gran valor. Entonces Pedro hizo algo especial. Sacó a todos de la sala, se arrodilló y comenzó a orar. Y entonces ocurrió el milagro, ya que aquella joven volvió a la vida.
Un suceso totalmente grandioso que muestra algo, amados míos: en la oración está contenido un increíble poder. Y si todos nos presentamos ante el Señor con una fuerza tal. ¿Acaso esto no puede activar milagros de Dios? Pienso que sí, y que hoy esto todavía puede ocurrir. Pero a este suceso debe darse una lectura precisa. Pedro sacó a todos de la sala. ¿Por qué lo habrá hecho? Porque él solo buscaba la conexión con Dios y porque no quería dejarse distraer por las lamentaciones y el llanto de aquellas mujeres. Ahora transfiero esto a nosotros, al plano espiritual. Saquemos del corazón todo lo que nos impida buscar la conexión con Dios y lo que nos impida ser una bendición para otros.
Del corazón debe salir todo lo que nos impida ser una bendición
¿Qué otra cosa más podría morar en el corazón, que sea un impedimento?
Quizá haya falta de paz en el corazón. Tal vez aún haya un poquito de irreconciliabilidad. Quizá todavía haya un poquito de duda. ¿Debería ser así? Quizá haya un poco de confrontación. Muchas cosas pueden estar en el corazón que sean un impedimento. Si las dejamos allí, no podremos ser una ayuda para otros. Deben salir del corazón. Entonces tenemos que arrodillarnos y no se trata de la postura externa. Arrodillarse simboliza mirar con pleno respeto a lo alto, hacia Dios. De Él proviene toda la ayuda. Y a través de su hijo prepara todo lo que necesitamos. Pero está disposición de arrodillarnos en espíritu, debe existir. Quien confíe en sus propias fuerzas y piense que no necesita a Dios, fracasará invariablemente. Es necesario arrodillarse y después, orar embargados de respeto, llenos de misericordia y compasión. Entonces, hoy todavía, los muertos podrán recuperar la vida. Y esto también lo comprendo espiritualmente.
Cuántos se encuentran en el mudo del más allá, que están muertos para la fe y muertos para el Señor, que nunca fueron reconocidos con el amor del Señor, que nunca aprendieron a tener confianza en Dios. Ellos también están muertos, pero deben arribar a la vida. Y para ellos son importantes nuestras oraciones. De manera que a todos pido, amados hermanos y hermanas, que saquemos del corazón todo lo que no es bueno. Que no haya más irreconciliabilidad en él. Ningún pensamiento de falta de fe o de duda, ningún resto de falta de amor. ¡Fuera del corazón! Entonces, nuestras oraciones estarán colmadas de fuerza.
Ahora podríamos preguntarnos si esto es tan simple. Si oramos adoptando esta postura, ¿se abrirán allí las cárceles y podrán venir todos? No esto tampoco es tan simple como parece, Porque de parte de aquellas almas que están en la eternidad deberá cumplirse una condición la he leído en nuestra palabra bíblica, donde dice:"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados". Conocemos el hambre y la sed de nuestra vida natural. Ellos son expresión del deseo o necesidad. El cuerpo necesita algo. Cuando estamos saciados, esta sensación se desvanece, algo que también puede comprenderse en sentido espiritual. Además existe el hambre de otros bienes. Bien podríamos decir que existe un hambre entre los hombres por la diversión, `por la alegría. También hay un hambre entre los hombres por la fama y la honra.
Bien podría haber un hambre por la riqueza e incluso puede haber hambre y sed de venganza y de perdón. No sé, si en holandes también se dice así: tener sed de venganza. Ésta no es una buena sed, tampoco es una hambre buena tener deseos de que se nos rindan honores y fama. Pero éstos son, normalmente, fenómenos que conocemos del ámbito humano. Aquí nos referimos a otro tipo de hambre. Dice nuestro pasaje bíblico: "...los que tienen hambre y sed de justicia". También encontramos a aquellos que tienen hambre y sed de justicia divina (y estoy agregando una palabra).
¿Qué es el hambre y sed de justicia divina? Algunos tienen deseos de paz y de calma para el alma. Quizá sea necesidad de amor. Encontramos la necesidad de redención y de gracia, que es un deseo de justicia divina. Qué hermoso es cuando alguien tiene necesidad de experimentar la salvación e ir a la comunión con Dios y su Hijo. Pero esta necesidad debe estar presente, amados míos y esto se aplica aquí y también en la eternidad. También lo conocemos aquí, cuando invitamos a las personas a los Servicios Divinos. Si no hay necesidad de experimentar al amado Dios, si no existe el deseo de tomar la paz y experimentar la gracia, entonces estas personas tarde o temprano volverán a abandonar la comunión. Pero allí, donde exista una verdadera necesidad del alma de experimentar al Señor y de estar en comunión con Él, pues sí, en tal caso de ninguna manera podremos imaginarnos una vida sin Dios. Esto también se aplica a las almas de la eternidad. Entre ellas seguramente hay muchas que no tengan esta necesidad de bienes divinos. Y el amado Dios no los atosigará. Recién cuando exista este deseo de tomar la gracia y el perdón, de encontrar la calma y la paz para el alma, cuando la necesidad de ingresar a la comunión directa con Dios esté allí, entonces podrán ser ayudados.
"Misericordia significa abrir la puerta antes de que alguien golpee".
Pienso que éste también es un bello objetivo para nuestras oraciones porque queremos que en todas las almas, también en la eternidad, se despierte una necesidad como ésta. El trabajo de los mensajeros de paz en el más allá también es acercar tales valores divinos a los que son prisioneros. Recién cuando este deseo exista, se aplicará la promesa divina de que serán saciados. Os ofrezco un par de ejemplos de la Santa Escritura, que muestran cómo varones de Dios tenían una necesidad especial. Pienso en Moisés. Él cierta vez sentía el deseo: Señor, "te ruego que me muestres "tu gloria" (comparar Éxodo 33:18). Éste debía ser un deseo realmente ardiente, una "sed" en el corazón de Moisés, una necesidad irrefrenable de vivenciar al Señor en su gloria. Y Dios, en cierto modo, le dio lugar. ¿Tenemos nosotros también una necesidad como ésta en nuestra alma? Un bello deseo: ¡Señor déjame experimentar tu gloria!
Por otra parte pienso en aquella parábola del fariseo y del publicano (comparar con Lucas 18: 9-14). El Señor Jesús dijo que este fariseo oraba en el templo: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres..." El hombre se sentía un ser muy justo. Pero el otro, el publicano, éste no se atrevía a avanzar hacia adelante, sino que permanecía en segundo plano, bajaba la mirada y apenas balbuceaba: "¡Dios, sé propicio a mí, pecador!" A lo cual, el Señor Jesús dijo: "Os digo que éste descendió a su casa justificado..." Tenía una necesidad de gracia, o para expresarlo con la palabra que acabamos de citar, tenía hambre de gracia semejante! Bien podríamos mencionar algunas cosas más, mis amados.
Planteo una vez la pregunta: ¿todavía tenemos hambre y sed de bienes divinos? Aquellas almas que están en el más allá, miran sobre nosotros. Y si tenemos este tipo de necesidad, entonces también es señal para aquellos, para que desarrollen una necesidad, un hambre y una sed similares. Y entonces podrán ser saciados.
¡Y hay tanta necesidad en la eternidad! ¡Ésta es mi firme convicción! Estos días hemos leído varias veces en la prensa, que fue rememorada la finalización de la Segunda Guerra. Han transcurrido 60 años desde que la guerra terminó. Y cada vez, nos conmueve recordar cuánto sufrimiento ocasionó en aquella época. Éste es el sufrimiento terrenal. ¿Y quién piensa en las almas del más allá? Ayer visitamos un cementerio militar. Caminamos a lo largo de las filas de tumbas. Todas ellas son tumbas de hombres jóvenes que fueron arrancados de la vida a los 20, 25 o 30 años. ¿Como pasaron a la eternidad? Probablemente sin ningún tipo de preparación. Sin algún pensamiento sobre la eternidad. Cuán amargo es que estén en la eternidad, con las manos vacias: Primero deben aprender a desarrollar un deseo de gracia. Preparémosles el camino con nuestras interseciones. No nos quedemos parados a un costado, mirando, sino dediquémonos con total participación a todos los necesitados. Que entonces, todos experimenten la gran afirmación divina en este anhelo: ¡serán saciados! ¡Que puedan recibir la gracia, aquí en el altar del Señor! La oferta divina está aquí, que hoy también puedan experimentar el bautismo, que puedan ser colmados del Espíritu Santo y que puedan recibir la Santa Cena. Que los caminos queden libres para que todos puedan ser guiados hasta aquí, y después también sean redimidos.
Ahora bien amados hermanos y hermanas, me alegro de no haber venido solo, sino que algunos Apóstoles me acompañan. La presencia es un tanto internacional. Además de los Apóstoles de Alemania también tenemos a un Apóstol ruso entre nosotros. Esto también simboliza que en la Obra de Dios, las naciones no tienen importancia alguna. El amado Dios no mira a la nación, esto lo podemos afirmar con seguridad. Para Él sólo cuenta el corazón y el deseo ferviente. Primero pido al Apóstol Kreuzberger de Hesse, Alemania que realize un agregado.
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Apóstol Heinz Kreuzberger |
Dios quiere que todos los hombres reciban ayuda. ¿Dónde está el límite, donde la exclusión hermanos? Así es que en este punto, Dios ya nos lleva dentro de este gran pensamiento de que nada quede prendado de pequeñas cosas. Y para ello hemos sido exhortados a colaborar. ¡Que a traves de la Obra de Cristo vuelvan a ocurrir grandes cosas en este día festivo!
Apóstol Mayor:
El Apóstol ya señaló lo grandiosa que es esta Obra, en la que podemos estar. Es cierto, me entusiasma en el alma que podamos colaborar, inclusive en el trabajo en las almas que están en la eternidad, que Dios haya abierto el camino para ello y que nos done el reconocimiento de que esto pueda funcionar así.
Bien podría haber encontrado caminos completamente distintos. pero simplemente genera entusiasmo que podamos colaborar en esta gran Obra.
Ahora pongamos a la vista una pequeña parte de la Obra. Entre nosotros está el Apóstol Gamov de Kalinigrado, y él nos servirá ahora. Algo que simboliza el carácter abarcador de la Obra de dios.
Apóstol Pavel Gamov:
¡Amados hermanos y hermanas! Cuando dejé Rusia e inicié este viaje, una hermana me dijo: "Cuando vea al Apóstol Mayor y lo salude, entonces piense en la grandiosa Obra de Dios". La Obra de Dios no sólo atañe a este mundo que podemos ver con nuestros ojos, sino también el más allá. Mi padre falleció cuando yo tenía dos años de edad: hace dieciséis años murió mi madre. Y por supuesto que pienso en mis padres porque eran muy cercanos para mí y todavía sigue siendo así. Pero hoy, nuestro Apóstol Mayor dijo: no solo debemos pensar en el pasado, sino vivir en el presente y también pensar en el futuro. Amamos a quienes nos eran cercanos en el pasado. Pero aún es mejor, que hoy podamos decir: amadas almas que ahora estáis cerca de nosotros, os amamos. [...]
Con nuestro amor ampliamos el horizonte de nuestros pensamientos y oraciones.
Nosotros mismos vamos cambiando. Cuando estuve ayer con el Apóstol Mayor en el cementerio militar, diferentes pensamientos pasaron por mi cabeza. Y eso suelo hacer también en Rusia: antes del Servicio Divino para difuntos, voy al cementerio. Y al hacerlo yo también sufro un cambio. También en nosotros surge algo nuevo, la vida eterna para el futuro. Y a esta nueva vida con Dios no la deseamos sólo para nosotros mismos, sino también para los que han sido redimidos.
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Apóstol Jens Korbien: |
[...] Pensé en un suceso de la Santa Escritura, cuando el Hijo de Dios fue a casa de Jairo. Allí había un gran revuelo, un desorden. Le habían dicho a Jairo que su hija había muerto. El hijo de Dios dió a entender que era posible ayudar. Entonces se rieron de él. Los hechó a todos y despertó a la joven a una nueva vida (comparar con Lucas 8;49-56). Hoy todavía existen estos espíritus, los que llegan a reírse de nosotros y dicen que no es posible ayudar a las almas de la eternidad. No nos dejemos impresionar por ello. Aplicaremos nuestra fe. Pues sí, los pensamientos de la duda deben apartarse, deben ser expulsados, también fuera de nuestro corazón. Entonces estaremos afirmados en una fe sólida como una roca y podremos ayudar con nuestra fe.
El Hijo de Dios ayudó en Capernaum, cuando le llevaron a un paralítico. También allí se produjo un tumulto y no se podía entrar a la casa. Pero qué amor hacia el enfermo debe haber habido en los corazones de los que ayudaban. Encontraron un camino y bajaron al paralitico a través del techo hasta depositarlo a los pies del Hijo de Dios. Qué fe había en el alma de aquellos que querían ayudar. Qué confianza hacia el maestro, hacia Jesucristo. A continuación dice bellamente la Santa Escritura: "...y al ver a Jesús la fe de ellos...", refiriendose a la fe de los ayudadores, "dijo al paralítico: "ten ánimo hijo; tus pecados te son perdonados" (Mateo 9:2).
¡Qué importante es nuestra fe en este trabajo! Primero hemos sido fortalecidos en este Servicio Divino a través de la palabra. Y ahora seamos actores de la palabra y una verdadera ayuda. Un versículo más adelante, en Mateo 5, versículo 7 dice: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia", De manera entonces, mostrémonos ahora como misericordiosos.
Apóstol Mayor:
Estamos agradecidos de corazón por el obrar de los Apóstoles. Nos queda un Apóstol y ahora le pido que realize un breve agregado. Se trata del Apóstol Drave, a quien la mayoría de vosotros seguramente conoce.
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Apóstol Walter Drave: |
[...] El principio del Servicio Divino me impresionó mucho, porque todos vinimos hasta aquí con "hambre" del encuentro con el Apóstol Mayor: la palabra de la seguridad. Y ahora profundizar esto a través de un único pensamiento. ¿Cómo puede producirse la profundización? Sólo por parte del Señor.
Un hombre se inclinó delante de la gloria del Hijo de Dios. Éste fue Juan, cuando recibió el Apocalipsis. Al principio él escucho las palabras: gracia y paz del que es, y que era y que ha de venir. Y después, cuando cayó como un muerto al suelo, dijo: "Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; [...] y estuve muerto; mas he aquí que vivo" (comparar con Apocalipsis 1:4,17,18).
La llave para comprender este día está en la resurrección de Jesucristo. Estaba muerto y está vivo. Y ahora es primicia en la resurrección. Nuestras oraciones deben tener por efecto que nosotros mismos estemos presentes cuando el Señor venga y todos, los que tenían hambre, queden satisfechos. Y entonces no se necesitará dedicación adicional, entonces Dios será todo en todas las cosas. Vivamos la fiesta de la misericordia y experimentemos otra vez el milagro de la multiplicación de los panes.
Apóstol Mayor:
Amados hermanos y hermanas, acabamos de oír la palabra. Y pienso que en nosotros ha surgido un deseo personal de recibir la gracia, pero también de estar luego para otros aquí. Pensemos también que estamos rodeados de almas, de la eternidad. Antes esto quedó a la vista cuando el Hijo de Dios estuvo en el monte de la transfiguración. Allí aparecieron los testigos del pasado: Moisés y Elías. Por eso nos resulta difícil creer que hoy también estamos rodeados de almas de la eternidad. Con ello no sólo tenemos una responsabilidad por nosotros mismos, sino que también nos debemos a otros.
Alguien dijo cierta vez: "Misericordia significa abrir la puerta antes que alguien la golpee". ¡Una bella palabra! Imaginad por un instante que estamos en una habitación y oímos que alguien golpea y abrimos la puerta. Este es un procedimiento natural. Pero antes que se perciba la necesidad, antes de que alguien golpee, antes de abrir la puerta, pues sí, antes debe existir la respectiva necesidad. Es necesario tener una expectativa, de lo contrario no lo haremos. Esto es misericordia, que no lo veamos en forma cerrada, que no esperemos hasta que venga alguien, sino que desde el principio seamos completamente abiertos y pidamos y deseemos para todos. Esto es encontrar lo bueno, libres de toda limitación. ¡Eso es ser misericordioso!
Celebración de la Santa cena
Donación de los Sacramentos
en ayuda para los difuntos.
La llave para comprender este día está en la resurrección de Jesucristo. Estaba muerto y está vivo. Y ahora es primicia en la resurrección. Nuestras oraciones deben tener por efecto que nosotros mismos estemos presentes cuando el Señor venga y todos, los que tenían hambre, queden satisfechos. Y entonces no se necesitará dedicación adicional, entonces Dios será todo en todas las cosas. Vivamos la fiesta de la misericordia y experimentemos otra vez el milagro de la multiplicación de los panes.
Apóstol Mayor:
Amados hermanos y hermanas, acabamos de oír la palabra. Y pienso que en nosotros ha surgido un deseo personal de recibir la gracia, pero también de estar luego para otros aquí. Pensemos también que estamos rodeados de almas, de la eternidad. Antes esto quedó a la vista cuando el Hijo de Dios estuvo en el monte de la transfiguración. Allí aparecieron los testigos del pasado: Moisés y Elías. Por eso nos resulta difícil creer que hoy también estamos rodeados de almas de la eternidad. Con ello no sólo tenemos una responsabilidad por nosotros mismos, sino que también nos debemos a otros.
Alguien dijo cierta vez: "Misericordia significa abrir la puerta antes que alguien la golpee". ¡Una bella palabra! Imaginad por un instante que estamos en una habitación y oímos que alguien golpea y abrimos la puerta. Este es un procedimiento natural. Pero antes que se perciba la necesidad, antes de que alguien golpee, antes de abrir la puerta, pues sí, antes debe existir la respectiva necesidad. Es necesario tener una expectativa, de lo contrario no lo haremos. Esto es misericordia, que no lo veamos en forma cerrada, que no esperemos hasta que venga alguien, sino que desde el principio seamos completamente abiertos y pidamos y deseemos para todos. Esto es encontrar lo bueno, libres de toda limitación. ¡Eso es ser misericordioso!
Amados míos, creo que ahora estamos preparados para ello. También nos hemos referido a cierto grupo en el que pensamos especialmente: aquel que perdió la vida por actos de guerra. Hablamos de nuestros ancestros, de nuestros padres. Habría muchos más para nombrar. también pienso en aquellos que han dejado voluntariamente sus vidas. ¿Cómo llegarán a la eternidad? Nosotros no somos sus jueces. También les deseamos gracia. Pensemos además en los niños que nunca tuvieron oportunidad de nacer. ¡que necesidad debe haber en la eternidad! Y quiero citar un grupo más. De nuestras filas en el curso del tiempo muchos pasaron al mundo del más allá. Amados míos, y hay muchos que distan de haber sido redimidos. Algunos no se tomaron muy en serio su vida nuevoapostólica. No los estamos señalando con el dedo, sino que pedimos que todos ellos reciban gracia. Y para poder ayudar a todos, debemos recibir personalmente la gracia primero. Así, entonces, parémonos delante del Señor en este justo anhelo con hambre y sed de bienes divinos.
Donación de los Sacramentos
en ayuda para los difuntos.