"Aumenta mi fe"

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            Hace cuatro años que estudio piano y violonchelo. 

            Colaboro con alegría en la orquesta, del distrito de Barcelona (España). Este año mis padres me inscribieron en el conservatorio de música de Reus (Tarragona): ya que por razones económicas se haría difícil seguir asistiendo al instituto musical.

            Mi primera preocupación fue saber que tendría que hacer una prueba de acceso. Al aproximarse el día no tenia con quien ejecutar una pieza musical. Yo debería tocar el piano y tenía que estar acompañada con otro instrumento.
            Le pregunte a mi profesor de violonchelo y a un compañero del instituto, pero ninguno podía acompañarme.No encontraba a nadie que pudiera ayudarme.
          Entonces mi padre le preguntó al Anciano de Distrito, que integra la orquesta conmigo, si me podía acompañar. sin casi pensarlo dijo que si. El problema era que no teníamos tiempo para ensayar, por lo tanto el mismo día del examen vino temprano a casa y ensayamos uno, pero no salía muy bien... Acompañamos con la oración.
         Luego cuando fuimos al conservatorio, aun durante la mañana, nos dijeron que el examen era por la tarde. Esto ya fue la primera ayuda de Dios, porque disponíamos de más tiempo para ensayar otro canto. Elegimos "Señor aumenta mi fe".
         Por la tarde lo  ejecutamos delante de los cuatro profesores que componían el jurado. Salió  muy bien  y con seguridad. Pero resulta que era un canto de coro y desconocíamos que debía ser de cámara.
        Esto me bajó nota y me pusieron un cinco. Me quedé nerviosa y preocupada. Lo único que quedaba era ponerlo en oración y esperar. La letra del canto me ayudaba mucho a confiar en Dios.
        Al llegar el día de la inscripción, me enteré que había conseguido plaza para piano y por si fuera poco también de violonchelo como segundo instrumento. Lo único que me queda es agradecer a Dios.
        También viví una hermosa experiencia durante  esos días con mi hermana pequeña.
 Ella estaba en quinta posición en la lista de espera, para inscribirse en el conservatorio.
        Surgieron cinco plazas vacantes, ¡Que gran alegría! Tuvo que esperar que se inscribieran los que estaban primero, para saber que instrumento le quedaría. ¡Quedaron dos y pudo elegir viola, que es lo que quería para tocar en la orquesta.!
   

       Solo podemos agradecer y a gradecer al Padre Celestial,  por su inmensa e indudable                                                                                          ayuda.

Dios no precisa palabras: con su mirada de amor llega a lo más profundo.