¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

domingo, 23 de enero de 2011

El surgimiento del canon del Nuevo Testamento


      Después de que en artículos precedentes describiéramos el surgimiento del canon del Nuevo Testamento.  Primero nos referiremos a la tradición oral, a las así  llamadas "palabras del Señor", a los reconocimientos de la Iglesia del principio y a los himnos. Después nos referiremos a las recopilaciones de cartas del Apóstol Pablo.


                                                                     Parte 1

                                    El concepto "Nuevo Testamento"

    El Nuevo testamento es una recopilación de los 27 escritos que datan de los albores del cristianismo, redactados en idioma griego entre los años 50 y 130 después de Cristo.
Los diferentes escritos no fueron redactados en la conciencia de ser, alguna vez, parte de una obra integral.
    La denominación "Nuevo Testamento" para los 27 escritos canónicos se remonta a la promesa del "nuevo pacto" según Jeremías 31:31-34.  La denominación que Jeremías utiliza para caracterizar una nueva época dentro de la historia de salvación se transfiere a las santas escrituras del nuevo pacto. El concepto hebreo "berit" por "pacto" se tradujo con la palabra griega "diatheke", que puede significar testamento, orden pacto o disposición.
     Si en primer término, el Antiguo Testamento sólo fue llamado "Santa Escritura" (comparar con Romanos 1,2:2; Timoteo 2.15)), a partir de mediados del siglo II, tanto las escrituras del Antiguo como las del Nuevo Testamento eran llamadas, en general, "escrituras" o "santas escrituras". Entre los autores cristianos del siglo II a punto de finalizar el siglo III que comenzaba, tales como Clemente de Alejandría (probablemente 150-215) oTertuliano (probablemente 160-220). el termino "diatheke" o testamento ya se refería a ambas partes de la Biblia cristiana. En el concilio de Laodicea, realizado a mediados del siglo IV, la palabra diatheke" o testamento" pasó a ser la denominación fija para ambas partes de la Biblia.


                                          Los logia -"palabras del Señor"
 
     Contrariamente a las paticularidades de nuestro presente, en la época de Jesús la costumbre era conservar lo oido literalmente en la memoria. Desde la más temprana infancia, se aprendía memorizando y el conocimiento se conservaba fielmente a lo largo de generaciones por permanente repetición. Se actuaba según la norma: "Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón: y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes" (Deuteronomio 6:6-7). Por lo cual la capacidad de guardar en la memoria, en general era mucho mayor que hoy . De manera que los autores del Nuevo Testamento se remiten a lo que oyeron, vieron y tocaron (comparar con 1 Juan 1:1), lo transmiten sin alteraciones, con lo cual, eliminan toda duda sobre la veracidad de sus relatos.
    Para la comunidad cristiana del principio, primero fue la Biblia judía nuestro Antiguo Testamento, la Santa Escritura. Ni siquiera Jesús dejó algo escrito.
Sus palabras y parábolas, los relatos de sus hechos, su sufrimiento y muerte, y también su resurrección y ascensión al cielo primero se transmitieron de boca en boca. Muy pronto las "palabras del Señor", transmitidas verbalmente adquirieron el mismo rango que el Antiguo Testamento y fueron plasmadas por escrito. "las palabras del Señor"
son, por ejemplo, las parábolas de Jesús o los dichos (logion =dichos). La llamada "Fuente Q" (llamada así por la literatura especializada, con referencia a la letra inicial de la palabra "Qwelle" que en alemán significa "fuente") ya no existe como escritura independiente. Pero puede ser reconstruida, por lo menos en parte, a partir de los Evangelios de Mateo y Lucas. Es probable que diversos enunciados de Jesús ya fueran
compaginados entre los años 40 y 50 después de Cristo , es decir en forma muy próxima a los sucesos en si mismos, es decir en un momento en el cual todavía vivían algunos testigos que lo habían visto u oído de él. Los que transmitián el alegre mensaje a otros y querían ganarse a las personas para Cristo , reunieron las palabras de Jesús, probablemente para utilizarlas en sus predicas.
   Debemos imaginarnos la fuente Q como una colección que las palabras de Jesús completaban una y otra vez. Por eso tampoco es un libro cerrado en sí mismo, que el escritor tenía y que hubiese divulgado en copias idénticas. Más bien probablemente participarán del mismo muchos autores. Es probable que la fuente de dichos haya existido en diferentes versiones, pero había un inventario básico que después pasó a ser la base común de los futuros Evangelios de Mateo y de Lucas. No queda claro si las palabras de Jesús en los Hechos 20:35 también se remontan a la fuente de dichos.
   A continuación queremos mencionar algunos dichos de la fuente Q: "cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia y vinieron ríos,y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, pues estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insesato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina" (Mateo 7;24-27). En Lucas 6:47-49 encontraremos un paralelismo a este texto: "Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el rió dió con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa."
    Al escribir su versión de los Evangelios, Mateo y Lucas utilizaron estas recopilaciones de dichos de Jesús. Si bien en un principio, sólo se reunieron "las palabras del Señor", más adelante se agregaron las descripciones de sus hechos y de su activar y también
la reproducción de sus parábolas.
     En el anuncio, en primer término se transmitieron la pasión y la resurrección (comparar con 1 de Corintios 15:3). Muchos testimoniaron que Jesucristo murió, fue sepultado y resucitó.

               Reconocimientos e himnos de los cristianos del principio

     Mucho antes que los relatos sobre el activar de Jesús y sus predicas fuesen plasmados por escrito, había fórmulas en las cuales los primeros cristianos reconocían o confesaban su fe, ya sea en el bautismo, en el Servicio Divino o también en la misión. Estas formulas se retoman una y otra vez en las escrituras del Nuevo Testamento. Antes de que Saulo adoptara la religión cristiana y más adelante, siendo ya un Apóstol, estableciera algunas formulas básicas de la confesión en sus escritos, en las comunidades había reconocimientos o confesiones que resumían los aspectos esenciales de la fe en Cristo.
    Una de las confesiones más antiguas que se remonta a la comunidad del principio que hablaba arameo es el llamado "Maranata" (nuestro Señor, "ven" o "El Señor viene"). este clamor de oración, que más adelante también fue incorporado al servicio Divino de las comunidades de habla griega, es citado por el apóstol Pablo en 1 Corintios 16:22.
    Otra fórmula más de la confesión de la comunidad cristiana del principio probablemente sea la que encontramos en Romanos 1: 3-4: "[para predicar el Evangelio]
acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de Santidad, por la resurrección de entre los muertos". En otras cartas de Pablo también se recurre a oraciones de la confesión de las primeras comunidades (comparar con 1 Corintios 15:3-5; 1Tesalonicenses 1:9-10).
     En forma muy tremprana ya se glorificaba la esencia y el actuar sanador del Hijo de Dios en himnos o cánticos que cantaba la comunidad. Estos himnos que, probablemente sólo se transmitieran en forma verbal, también se incorporaron al Nuevo Testamento.
Acaso el himno más antiguo y famoso, es el que reproduce Filipenses 2:6-11:

                                   Las epístolas del Apóstol Pablo

  Las escrituras más antiguas que nos dejó la primera tradición cristiana son las epístolas del Apóstol Pablo. Probablemente surgieran entre los años 50 y 60 después de Cristo.
Se supone que el Apóstol, por lo general dictara sus epístolas, y que sólo el final de la carta fuese escrito de su propio puño y letra (comparar con Romanos 16: 22; Gálatas 6:11-18). Por lo general, una epístola privada antigua comprendía una única hoja de papiro.
Aunque solo la epístola a Filemón tiene este tamaño y todas las demás son muchisimo más largas y seguramente se escribieron en rollos de papiro.
  Pablo estructura sus epístolas de la manera que era habitual en la antigüedad. Al principio encontraremos un título a modo de salutación, consistente en tres elementos: indicación del remitente y del destinatario ("Pablo, Silvano y Timoteo, a la Iglesia de los Tesalonicenses"). y una fórmula de saludo ("gracia y paz sean a vosotros" :1 Tesalonicenses 1:1). A ello sigue el cuerpo principal de la carta con explicaciones sobre el Evangelio, pero también figura el agradecimiento y la advertencia. En el cierre de la epístola suelen aparecer saludos y un deseo de bendición ("La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros": 1 Tesalonicenses 5:28).
   Las epístolas eran leídas en voz alta a la comunidad (comparar con 1 Tesalonicenses 5:27). Según lo enunciado en Colosenses 4:16 también eran trasladadas a las comunidades vecinas. Rápidamente el Apóstol Pablo gozó de un excelente renombre, lo que desembocó en que sus epístolas fueran recopiladas muy pronto. Se parte del supuesto de que esto ya ocurrió mientras vivía. La primera colección de epístolas de Pablo probablemente se escribiera en Efeso.
   Además de las "palabras del Señor, las epístolas de Pablo alcanzaron autoridad y fueron citadas reiteradas veces por los padres apostólicos (Clemente de Roma, Ignacio de Antioquía, Policarpo de Esmirna, Papías de Hierápolis). Los otros autores cristianos del siglo II también se refirierón a las epístolas de Pablo reconociendo que su autor tenía autoridad apostólica.
   Queda en claro que las escrituras del Nuevo Testamento están cronológicamente muy próximas al suceso que describen. Los hechos santos en sí mismos son objeto del testimonio de muchas personas. Pensemos por ejemplo en las palabras del Apóstol Pablo: "Después apareció [Cristo] a más de 500 hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún..." (1 Corintios 15:6). Entonces, las escrituras quedaron asentadas sobre una base segura. No sólo esto, sino también los registros escritos y la tradición de las palabras y hechos del Señor son expresión del activar divino.   


Acaso el himno más antiguo y famoso, es el que reproduce Filipenses 2:6-11:

"El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
 como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio
un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre
 de Jesús se doble toda rodilla  de los que están en los cielos,
 y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese
que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."

En Colosenses 1:15-20 o en Timoteo 3:16 se citan más himnos.
El himno seguramente más conocido e impresionante de la Iglesia
del principio lo encontramos al principio del Evangelio de Juan
 (Juan 1:1-18).En él se reconoce el carácter divino de Jesucristo
y con ayuda del concepto griego "logos" (palabra), se lo plasma
 en palabras.

"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios"
Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida,
 y la vida era la luz de los hombres....y vimos su gloria, como del unigénito
del Padre, lleno de gracia y de verdad" (Juan 1: 1-3,14).