Doble testimonio

Hace un tiempo me tocó vivir una situción de salud algo complicada y, a consecuencia de ello, debí
ser internado en un sanatorio médico. Como es comprensible, no fueron días que pueda llamar "felices".
pero por otra parte, tuve la gracia de vivir entonces un hermoso hecho de fe.
Por esos días, una hermana de la comunidad me había enviado por intermedio de mi esposa, una cajita

con un escrito. Se trataba de la letra nuestro conocido cántico del himnario regional:" Si cada mañana le dices a Dios," buen día mi Padre...".

Dado que conservé este escrito a mi lado, una de las enfermeras que me hacía los controles diarios,

en un determinado momento se puso a leerlo. Noté que se emocionaba notablemente. Así, comence contarle acerca de nuestra fe. Luego me pidió si podía prestarle para leer la revista "Nuestra Familia"

que yo tenía allí.

Al día siguiente, cuando me la devolvió, me comentó con emoción que, haciendo memoria mientras

leía la revista, recordó que unos años atrás alguien que había estado internado en ese lugar, conversó también con ella acerca de nuestra fe nuevoapostólica.

Aquella alma, que yo conocía, había sido muy amada por todos y padeció una seria enfermedad, pero nunca bajó los brazos. Y esta misma enfermera, con lágrimas en sus ojos, dijo: " En sus momentos más

difíciles, esta persona siempre tenía una palabra de aliento. Nunca dejó de hablar de su fe; varias veces me invitó a su Iglesia. ¡ Qué emoción, después de tantos años, encontrar un Pastor  que me

hable de esta misma fe y que haya conocido a esta alma que ya ha dejado esta tierra!"
Llegado el momento en el que me dieron el alta médica nos despedimos de la enfermera, quien me dijo:
"Ruegue por mí le prometo que voy a asistir a su Iglesia, porque así lo necesito".
A veces, debemos atravesar circunstancias propias de la vida, que no nos agradan. Pero Dios conoce todas las cosas y también,
 cúando es oportunidad para que demos testimonio de su Obra.
Ahora, se va acercando la fecha en que nuevamente podremos hacer un hermoso trabajo por quienes están en "la otra orilla". Y también recordamos con un corazón lleno de amor a quienes nos antecedieron como fieles a casa. Conjugando ambos sentimientos, que este hecho de fe pueda servir
para que el testimonio que un alma- hoy en la eternidad- ha dado estando sobre la tierra, ayuda a este ser hoy a encontrar el camino de redención, en el tiempo de gracia que aún vivimos.