¡"Si amas al buen Jesús!"
de corazón con ternura,
vivirás siempre en la "luz"
y no verás sombra oscura.

sábado, 6 de julio de 2019

LLamado divino

           ¡Dios  llama para creer en Él, llama a la comunión con Él y llama para servirle! 

     La historia de salvación es un llamado de amor divino único. todos los que alguna vez fueron invitados a su altar por los mensajeros y mensajeras de Dios están convocados; ellos recibieron una invitación divina. Pero el Todopoderoso también tiene otros caminos para convocar a los hombres, ya sea por sueños, visiones o destino.
   Muchos han sido convocados, pero no todos siguen el llamado y dejan anclado su llamamiento o vocación. Al contrario, rechazan la elección plena de gracia. Pero quien afirma su llamamiento, aceptando y siguiendo la palabra de Dios como generadora de fe, recibirá al Espíritu Santo, y lo hará en el camino que el Señor ha ordenado. 
    El Espíritu Santo no es dado por un resplandor sorpresivo durante un paseo por el bosque, no se lo transmite por meditación, ni tampoco por oración o penitencia en una habitación silenciosa: el

              Espíritu Santo es donado por oración e imposición de manos de un Apóstol.

       Como expresa el Apóstol Pablo en la epístola a los Romanos, el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones al recibir el Espíritu Santo. Y este amor divino capacita para reconocer que a los que han sido llamados y responden al amor de Dios, todas las cosas les ayudan a bien.
      Con ello nos referimos al mundo de la fe, que conducirá a la maduración del alma para el día de la venida de Cristo. 
Las cagas, las pruebas y también lo permitido, por ejemplo en forma de enfermedades, nos ha sido dado para bien. Para poder reconocer esto, se requiere amor a Dios y a su Obra, de lo contrario podríamos amargarnos y perder la confianza en la conducción divina. Pero donde hay amor al Señor existe la confianza, permaneceremos fieles, quedaremos en el seguimiento y alcanzaremos la meta. 
      Y también puede reconocerse lo que produce bienaventuranza, fortalece y consuela en la Obra de Dios; pensad en que la palabra y la gracia del Servicio Divino, el recibir los Sacramentos y la paz del Resucitado nos sirven para bien.
     El profeta Jeremías anunció el mensaje de Dios: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis ".

    El futuro en el que tenemos esperanza, el final que esperamos, es la comunión eterna con Dios y su Hijo. entonces Dios borrará toda lágrima y  "ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor , ni
dolor".



Resultado de imagen de flores
De un servicio Divino del Apóstol Mayor
Richard Fehr


lunes, 1 de julio de 2019

Afirmar la fe






                      En nuestros días, es decir el tiempo previo a la prometida segunda venida de Cristo, el descreimiento va en aumento y la superstición en muchos casos suplanta al mensaje divino; las tentaciones son cada vez más grandes y la duda crece. Acerca de esto y no sin motivo, el Señor Jesús  preguntó: empero cuando el Hijo del Hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?"  Por eso es tan importante afirmar la fe constantemente.

                      En el camino hacia la meta, cada día que transcurre requiere sustancia y fuerza de fe.
          La fe ya fue puesta a prueba al comienzo de la historia de la humanidad. La duda sobre la palabra de Dios desencadenó el primer pecado. Cuando los primeros hombres aceptaron que la serpiente les dijera:  "¿Con que Dios os ha dicho...?",  la duda comenzó a carcomerlos hasta que violaron el mandamiento divino, comiendo del árbol de la ciencia del bien y del mal. Podemos imaginar que el diablo los habrá instigado a comer el fruto prohibido más de una vez, hasta lograr su propósito. Esta táctica la utiliza también hoy: un poco de enojo acá, un poco de desconfianza allá y ya está instalada la inseguridad y la duda. !Por eso la fe tiene que ser afirmada constantemente!

       La primera duda dio lugar a una reacción en cadena. Dios echó a Adán y Eva del edén; desde entonces  el ser humano tiene que ganar el pan con el sudor de su frente y parir sus hijos con dolor. Cuando Caín vio que Dios miraba con agrado sobre Abel y su ofrenda, pero no sobre él y su dádiva, sintió envidia y mató a su hermano. Por primera vez la muerte, como el resultado del pecado, se enseñoreó de los hombres. A a la envidia y el fratricidio, siguió otro pecado: la mentira. Al preguntar Dios por Abel, respondió Caín: "No sé; ¿soy yo guarda de mi hermano?"
    ¡No subestimemos el peligro de la duda! Enfrentemoslo con una fe ferviente y firme. Cuando notemos un atisbo de duda, rechacémoslo en sus comienzos y aferrémonos a la palabra de Dios aun con más firmeza. De esta manera adquiriremos las fuerzas para vencer las tentaciones. Si, como  muchas veces dijera el Apóstol Mayor Walter Schmidt, el temor de Dios es el guardián en la puerta de nuestro corazón, entonces la duda, la superstición y el descreimiento no podrán entrar en él".                          Cuidaremos así, la riqueza maravillosa adquirida en la casa de Dios, su palabra será sagrada para nosotros, el altar estará a salvo, no será tocado por opiniones y pareceres humanos y reconoceremos en los portadores de ministerio, a los mensajeros de Dios que nos fueron dados para bendición y alegría.
      Por la palabra y la gracia recibimos siempre las fuerzas para perseverar en la fe y rechazar las tentaciones. ¡Aprovechemos los Servicios Divinos como el ofrecimiento más valioso para afirmar la fe, participar del perdón de los pecados y tener comunión con el Señor en la Santa Cena.

viernes, 28 de junio de 2019

La humildad

 

       Después de un comentario escueto sobre el concepto  "humildad" mostraremos el significado de este término según el antiguo Testamento. A continuación nos referiremos a la humildad de Cristo y finalizaremos nuestra exposición analizando el papel de la humildad en nuestra vida de fe.


                                            EL concepto

       En los siglos previos a Cristo, el concepto  "humildad"  representaba el lugar que se le asignaba a una persona de baja posición social.
Se expresaba en una postura servil y de sometimiento. Mostrar este tipo de humildad en el trato con los demás, hubiera sido denigrante para un hombre libre en la antigüedad. Recién a través de Jesucristo, la humildad fue objeto de un significado de contenido totalmente positivo.
   Hoy en día vemos en la humildad ante Dios una postura con la que una persona expresa su sumisión ante el Creador,su propia inferioridad su supeditación a la misericordia divina.
  así entendida, la humildad no está vinculada en absoluto con el sometimiento o con una postura devota, sino que da testimonio del alto respeto ante la grandeza y el poder omnipresente de Dios y la conciencia de la incapacidad de los seres humanos.
   La humildad entre los hombres radica en apreciar al otro más que así mismo (véase Filipenses 2:3)

                                     La humildad en el Antiguo Testamento.

       En los libros del Antiguo Testamento, la humildad sólo se menciona expresamente e  pocos pasajes. en Proverbios 15:33 dice:"...y delante de la honra está la humildad".

      El profeta Miqueas advirtió: "Oh hombre, él te ha declarado que sea lo bueno, y qué pida de ti Jehová solamente hacer juicio, y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios." (Miqueas 6:8). Aquí se resume lo más importante; la obediencia frente a la palabra
y la instrucción divina, amor a Dios y al prójimo y humildad frente al Altísimo.  
  La exigencia de la humildad corresponde a la advertencia de soberbia y orgullo:" Abominación es a Jehová todo altivo de corazón" (Proverbios 16:5). Principalmente cuando una persona adquiere notoriedad y poder, ésta debe esforzarse por permanecer humilde para no caer en el peligro de la sobreestimación y de la pedantería. en este sentido leemos en Sirach 3:20-21."...Cuanto más alto estés, tanto más humíllate. entonces el Señor te será propicio. Pues el señor es el Altísimo, y sin embargo hace grandes cosas por medio de los humildes."
    El rey Uzías nos sirve de advertencia ejemplar,que el éxito y el poder son motores de la soberbia y que pueden llevar a que una persona creyente pueda caer. Cuando Uzías de 16 años (también llamado Asarjadón) fuera coronado rey, actuó a beneplácito de Dios. el rey se hizo famoso porque Dios le dió ayuda:... y su fama se extendió lejos porque se ayudó maravillosamente, hasta hacerse fuerte", pero después se dice de él:"Más cuando fue fortificado, su corazón se enalteció hasta corromperse", Uzías entró al templo de Dios para quemar sahumerios en el altar del perfume, a pesar de que esto estaba reservado exclusivamente a los sacerdotes. Y Dios lo castigó con la lepra (compárese 2 crónicas 26).
  Los sucesos se desarrollaron de manera similar con el rey Saúl. Su valoración en una primera conversación mantenida con el profeta Samuel daba testimonio de una postura básica de humildad: "No soy yo hijo de Benjamín, de las más pequeñas tribus de Israel ? y mi familia ¿ no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín?" (Samuel 9:21). Pro su postura no permaneció así. Cuando Saúl, en el intrin reconocido como rey y exitoso como general en combate, actuó contrariando la palabra de Dios después de su victoria sobre los amalecitas, el profeta Samuel se vio obligado a decirle: "Siendo tu pequeño en tus ojos ¿ no has sido hecho cabeza de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?... Por cuanto tú desechaste La palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey" (Samuel 15:17-23). La conciencia de la propia inferioridad se había apartado de Saúl. Y siguió buscando honores para su persona, incluso cuando se dió cuenta de que no podía repeler la sentencia de Dios:" Yo he pecado: más ruégote que me honres delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel".
   En el libro de Judit encontramos una bella observación sobre la humildad. Los israelitas estaban en una urgencia provocada por el rey sirio Holofernes. En esta situación, Judit aconsejó lo siguiente: "Por ello debemos humillarnos de corazón y servirle y orar con lágrimas delante de él, para que nos muestre misericordia a su beneplácito; y así como ahora debemos estar de luto por su soberbia para que nos podamos volver a alegrar después de esta desgracia, para que no nos persiga el pecado de nuestros padres que abandonaron a su Dios y adoraron dioses extraños por lo que fueron entregados a sus enemigos y muertos apresados y ultrajados por ellos. Empero nosotros no conocemos otro Dios que solo a él y esperamos con humildad consuelo y ayuda de él" Judith 8:14-16).


                                       Jesús enseñaba  Humildad                                   

    La doctrina y la vida de Jesús muestran una ley del reino de Dios: lo bajo es elevado, lo alto rebajado. La humildad como postura básica del hombre creyente es una condición para ser aceptado por Dios.
          Jesucristo dijo: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón"  (Mateo 11:29). Ser humilde de corazón: la humildad de corazón es más que palabras o gestos externos. es la disposición existente en el interior de cada uno al encarar a los demás y reconocerlos sin condicionamientos.
 Cierta vez, los discípulos preguntaron quién era el más grande en el reino celestial, el Señor les contestó: "De cierto os digo, que si no os volviereis, y fuereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que cualquiera que se humillare como este niño, este es el mayor en el reino de los cielos" (Mateo 18:3-4).
      En la parábola del del fariseo y publicano, el Señor confrontó la altivez con la humildad:   "Dos hombres subieron al templo para orar: el uno fariseo, en pie: el uno fariseo, el otro publicano. El fariseo en pié, oraba consigo de esta manera: "Dios te doy gracias, que no soy como los otros hombres; ladrones ,injustos. adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo". Mas el publicano estando lejos no quería  ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios sé propicio a mí pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla será ensalzado" (Lucas 18: 10-14).
   Al instruir a sus Apóstoles, Jesús puso en claro que no eran llamados a su servicio como señores,, sino como humildes siervo: "Mas entre vosotros no será así; sino el que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor; y el que quisiere entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo: Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Mateo 20:26-28)
     Con el lavado de los pies, el Señor resaltó lo que había enseñado a loa Apóstoles sobre la humildad y el servir. El relato en el Evangelio de Juan resalta expresamente, que Jesús ya sabía en ese momento quien sería su delator (compárese Juan 13:3-11). Lavó los pies a todos los discípulos, inclusive a Judas Iscariote, y realizó este servicio bajo del lavado de pies, que en realidad, estaba reservado a los siervos y esclavos, bajo las siguientes pautas: "Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis". (Juan 13:15). esta es una exhortación a la humildad, en cualquier servicio en la Obra del Señor, sin atención al renombre de la persona.

                      
                                  El menosprecio y la elevación de Cristo

         Isaías escribió acerca de Cristo: "He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y ensalzado, y será muy sublimado... despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro , fue menospreciado, y no lo estimamos" (Isaias 52:13;53:3).
 Jesucristo, el Hijo de Dios, quien se humilló y se hizo hombre, se ha constituido en un ejemplo de humildad inigualable. Soportó toda la deshonra sobre su persona sin ofrecer resistencia alguna: Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores enmudeció, y no abrió su boca" (Isaías 53:7). Muy bien se pudo haber defendido de sus adversarios (compárese Mateo 26:53-54), pero no lo hizo. Más bien se sometió humildemente a la voluntad de su Padre.
      También el apóstol Pablo hizo mención de la humildad de Cristo, expresión del ánimo ejemplar del Señor. Él, quien es Dios verdadero, se colocó en el mismo escalón del hombre y se dejó golpear y escupir por los pecadores. Al respecto podemos leer: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús : El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: Sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y hallado en la condición como hombre, se humilló así mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte en la cruz. Por lo cual Dios también le ensalzó a lo sumo, y dióle un nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de lo que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra"  (Filipenses 2:5-10).
A su más profunda humillación siguió la elevación de Cristo a Señor por encima de todos a través de Dios os en la resurrección y ascensión.
    

                                 La humildad en nuestra vida de fe
            En nuestra vida de fe, la humildad tiene varios puntos de referencia: por un lado determina nuestra postura frente al Dios todopoderoso y a sus manifestaciones. Por la otra, determina la conducta frente a nuestro prójimo.
La humildad en el ámbito de las relaciones entre personas no significa que no debemos mostrar sumisos, que nos dejemos tutelar por otros y que debamos renunciar a hacernos cargo de nuestros derechos. La humildad significa más bien la disposición a servir a otros con ayuda,a a colocarse al mismo nivel de ellos  (compárese 1 Corintios 9:19-22). La humildad indica respeto antes que tolerancia. El plan divino de redención incluye básicamente a todas las personas: Dios quiere que se ayude a todos y que todos lleguen al reconocimiento de la verdad (compárese 2 Timoteo 1:3-4). Por ello queda vedado mirar a los demás con altivez y condescendencia. La verdadera humildad cristiana excluye  el pensamiento elitista y el orgullo de castas. No e expone porque esta actitud se parecería a la adoptada por los fariseos.
       La conciencia de que nadie logrará su bienaventuranza por iniciativa propia y que el hombre siempre estará sujeto a la gracia de Dios, sin perjuicio de todo su esfuerzo nos deja permanecer en la humildad y nos ayuda a cumplir el requerimiento: "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien en humildad estimandoos inferiores los unos a los otros: no mirando cada uno a lo suyo propio, sino cada cual también a lo de los otros. Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús (Filipenses 2: 3-4). La humildad que se manifiesta como temor frente al Espíritu Santo  allí donde a este Espíritu se da lugar, para que se despliegue libremente, se expresa en el reconocimiento libre  de envidia de los dones y las prerrogativas del otro (compárese Romanos 12:3) y en elevar la mirada a los siervos de Dios que han sido colocados para bendición. Y además, vale a los siervos de Dios ser conscientes de que no han sido colocados como Señores sobre la fe, sino como ayudadores para la alegría (compárese 2 Corintios 1: 24).
         El Apóstol Pablo dió el sabio consejo: "Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos a los humildes" (Romanos 12:16). Esto resulta comprensible en el contexto de la advertencia del Apóstol Santiago, de no hacer diferencias por clases sociales entre los asistentes a los servicios Divinos: "Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, y de preciosa ropa, y también entra un pobre con vestidura vil, y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí en buen lugar, y dijereis al `pobre: Estate tú allí en pie; o siéntate aquí debajo de mi estrado: ¿No juzgáis en vosotros mismos, y venís a ser jueces de pensamientos malos?"
(Santiago 2:2-4). Nuestra postura básica frente a Dios,nuestro Padre Celestial, se expresa  especialmente  cuando nos aproximamos a Él en la oración. a a través de la posición exterior que adoptamos (orando de rodillas) expresamos que nos inclinamos con adoración y respeto frente a la majestad  de todas las majestades. Esta posición al orar no tiene relación alguna con el sometimiento servil, sino que exponemos a Dios nuestros propósitos y ruegos en una postura caracterizada por la confianza infantil y el amor cordial.          !Así podemos llamar Abba, amado Padre, a Dios! (compárese Romanos 8:15). Si oramos con un corazón lleno de humildad no habrá ruegos improcedentes.
     La humildad como postura básica del corazón creyente frente a Dios incluye la conciencia de la propia incapacidad y de la necesidad de salvación (compárese Lucas 1813-14).
      El apóstol Pedro describió todo el espectro de humildad, advirtiendo a los ancianos a no gobernar por la fuerza al pueblo y a los demás jóvenes a ser sumisos con los ancianos. Y siguió con sus explicaciones: "...y todos sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os ensalce cuando fuere tiempo" 
 (compárese 1 Pedro 5:1-6).



sábado, 22 de junio de 2019

Consuelo en la Santa Cena


                       EDITORIAL

   Tras el perdón de los pecados siempre oímos la frase: "La paz del resucitado sea con vosotros".
      ¿Puede haber palabras de consuelo más hermosas que estas?
Cuánto consuelo supone esta promesa de paz! El consuelo que parte de la certeza de que el resucitado es vencedor del pecado, del infierno y de la muerte.

Él quebró el poder del pecado y de la muerte. ¡Y yo tengo parte en esta victoria!
LLegará el día en el cual el Resucitado también me conduzca a mí a la Resurrección.
"La paz del resucitado sea con vosotros" también significa: "¡No os preocupéis de manera innecesaria!
He superado al mundo. ¡El poder de mi resurrección sigue obrando!". Cuando celebramos la Santa Cena, anunciamos la muerte del Señor hasta que retorne. Este consuelo que hemos recibido del Resucitado también es maravilloso: en cada celebración de la Santa Cena dirigimos nuestra mirada al Señor que regresará. En cada Santa Cena nos dice: ¡el Señor vendrá pronto! porque el cumplimiento de esta promesa se anuncia en la comunión de la Santa Cena. Quizás se podría pensar que se trata de un consuelo barato. Sin embargo, para nosotros es el consuelo más hermoso. Porque en la celebración de la Santa Cena ya hoy experimentamos la comunión con el Señor.
Allí está Él como el Crucificado, el Resucitado y el que retornará a la que hoy es su comunidad. En la Santa Cena tenemos ferviente comunión en su carne y en su sangre.
 En ese momento nos promete: "No solo he previsto llevarte conmigo cuando retorne, sino que ya estoy aquí hoy y estoy parado junto a tí. Te doy mi cuerpo y mi sangre para la vida eterna". No se trata de enunciados sentimentales. Este es el sentido profundo de la Santa Cena. Experimentemos y sintamos esto cada vez que celebramos la Santa Cena porque el Señor está aquí, está parado junto a mí.
Pienso en tantos hermanos y hermanas que se encuentran sufriendo y en tribulación y a los cuales nadie tiene en cuenta. Soy consciente de que en muchas comunidades hay hermanos y hermanas que necesitan consuelo y cuyo dolor nadie ve. Quizás a ellos también se les ocurra pensar alguna vez: yo no cuento para nada, nadie me ve, soy insignificante. A ellos, el Señor les dice en cada Santa Cena: "No lo olvides: también por ti di mi vida entera.
¡Te he visto, no te he olvidado y te amo, también estoy aquí para tí!".


De un Servicio Divino del Apóstol Mayor


domingo, 16 de junio de 2019

| No del mundo, si no en él


La gran carpa en el terreno de la comunidad Malaika (Tanzania) dio cabida el 10 de Agosto de 2018 a más de 2.500 participantes del Servicio Divino. El Apóstol Mayor Jean- Luc Schneider habló sobre el mal en el mundo y la fuerza para oponerse a ese mal.


La así llamada  "oración pontifical" se encuentra en el Evangelio de Juan. Jesús se dirige a su Padre en el cielo, ora por sus seguidores y por las comunidades que aún surgirán. Una de sus peticiones es:  "no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal" (Juan 17:15). sobre este versículo predicó el Apóstol Mayor.




Concert (2)

Evitar el mal

"¿Cómo es el mal con el que hoy nos enfrentamos?", fue su pregunta al comenzar. Sus respuestas a ella son sorprendentes:

A pesar que como seres humanos nos debemos ocupar de nuestras necesidades, no lo debemos hacer con la ayuda del maligno: "No recurramos al pecado para alcanzar lo que necesitamos".
A pesar de que estamos expuestos al sufrimiento y a la muerte, no es a costa de nuestra relación con Dios. No nos alejemos de Dios desilusionados.
A pesar de que podríamos aspirar el éxito material, que nuestro bienestar material no nos induzca a olvidar a Dios.
a pesar de que amamos a nuestra familia, no debe volverse más importante para nosotros que Jesús;
"¡Los lazos familiares no deben poner en duda nuestro voto de fidelidad a cristo!".
A pesar de que fuésemos perseguidos, igual quedemos con el Señor.
El buen mensaje de esto: quien cultiva así sus relaciones con Dios, tendrá al Señor de su lado,
aseguró el Apóstol Mayor. Dios oye la oración del creyente, lo fortalece y guarda del mal. esta es una promesa firme de la fe.

                             Pedir la ayuda de Dios

¿Cómo hacerlo? También aquí algunas respuestas de quien dirige la Iglesia:

Dios mismo determina los límites de nuestras pruebas y se ocupa de que no sean demasiado difíciles
Dios nos enseña la verdad y con ella, la capacidad para que podamos desenmascarar las mentiras del maligno. 
Dios nos ama y ha derramado su amor
 en nosotros. 
Buscamos la comunión con Jesús y lo servimos. Le decimos que no al diablo
Dios nos recuerda nuestro llamamiento a través del Espíritu Santo. Nuestra misión es confesar a Cristo en este mundo  anunciar su mensaje.
Dios no nos deja solos. Él nos envía servidores para edificarnos una y otra vez e incorporarnos en la comunión de los fieles.

                             La oración de Jesús sea nuestra oración

"Padecemos enfermedades, muerte e injusticias, pero quedamos fieles. Tenemos familia y amigos, pero no nos deben ser más importantes que Jesús. tenemos éxito en la vida, pero al tenerlo no olvidamos a nuestro Padre Celestial. Somos perseguidos y llevados a tentación por el diablo, pero pedimos ayuda a Dios para que tales tentaciones no se nos vuelvan demasiado difíciles. Él nos regala la verdad con la que podemos desenmascarar las mentiras del maligno. Él nos transmite su amor con el que podemos seguirlo: no por obediencia sino por amor. Él nos ha dado una tarea y servidores a nuestro lado que nos apoyan". Con estas pocas frases, el Apóstol Mayor resumió su prédica. Y además, le dió a la comunidad que lo oía una recomendación para el camino: "Oremos como Jesús: Padre, no rogamos que nos quites del mundo, sino que nos guardes del mal´. ¡Esta petición recibirá respuesta!".

                                          Pensamientos centrales    
                                  Juan 17:15
                            "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal".

Dios espera de nosotros que vivamos en el mundo sin sucumbir al mal. Él responde a la oración del creyente dándole fuerzas y guardandolo del mal".

jueves, 6 de junio de 2019

Un pequeño aporte


                                    De un Servicio Divino del apóstol Mayor Jean- Luc Schneider


     La cosecha siempre es algo hermoso: algo nace, da frutos y luego puede ser disfrutado o procesado convirtiéndose en una bebida noble, un pan sabroso o una bebida exquisita.

     
       ciertos frutos requerirán de muchos cuidados y paciencia, de mucho esfuerzo hasta       poder ser cosechados. Otros crecerán  sin la intervención de la mano del hombre y sin cuidados, simplemente podrán ser cosechados de los árboles y arbustos.             
 Detrás  de todo ello también está la bendición de Dios. el Todopoderoso, que ha colocado en la creación visible, y que hasta el momento, no ha perdido ni un poco de fuerza.
      

                   ¿ Y qué sucede con la creación que no se ve? 
           También allí está presente la ley de la siembra, de la maduración y de la cosecha.
  Dios edificó  su Iglesia en la tierra. Creó su obra redentora y generó todas las condiciones para que pudiera evolucionar de la manera que Él quería.
                     Permitió que su hijo encarnara en hombre, colocó el fundamento para la redención por medio del sacrificio de su Hijo, dió el ministerio de Apóstol a su Iglesia y los sacramentos que permiten a las personas acceder a la salvación.
Todo esto partió y sigue partiendo de Él.

                         Ahora bien, nos podemos parar a un costado y decir:                                                                            ¡Que bien lo ha hecho el amado  Dios!
                        Sólo nos queda esperar hasta que todo esté maduro para la cosecha.
             
   Por supuesto que también oramos por ello y vamos al Servicio Divino, pero ¿esto alcanza realmente?  ¿Está todo hecho si después del Servicio Divino puedo decir: "esta fue una hermosa prédica y el coro hoy de nuevo cantó de manera tan hermosa ..."?   Me parece que no.
En definitiva, quedándonos con la misma imagen, lo importante es que yo posea la madurez necesaria  para el momento en que se coseche. Pero la madurez  no llega automáticamente. Para lograr la madurez yo mismo debo hacer algo, yo mismo debo trabajar para que crezca la nueva criatura en mí, para que la esencia de Cristo tome cuerpo en mí, para que todos los buenos dones que Dios me dá puedan evolucionar en mí. Este es mi aporte pequeño, comparado con lo que Dios hace no debe ser subestimado.
   
El viejo  "Adán" no puede entrar en el reino de Dios, porque es imposible. Por eso tengo que trabajar en mi persona. Gran parte del trabajo consiste en el cumplimiento del voto que hemos dado al Señor en nuestra confirmación:  "Yo renuncio al diablo y a todo su obrar y ser,," .  No lo hacemos por  que  tenemos temor de ser castigados, sino porque no hay lugar para el pecado en el reino  de Dios.
Porque el pecado impide alcanzar la dignidad, porque las obras del diablo amenazan con cubrir de malezas todo lo bueno que debe madurar.
 
   Por tanto, así como cada individuo debe cargar con su parte de responsabilidad en cuanto a su madurez y dignidad, todos nosotros en comunión también debemos realizar nuestro aporte a la cosecha.
      Nuestra función como comunión, como comunidad que somos, es consolar a nuestro hermano asistir a nuestra hermana, ayudarlos, orar por ellos y servirles de soporte en su esfuerzo por alcanzar la dignidad; también consiste en no perder el valor y la esperanza a pesar de los ataques y del sufrimiento, a pesar de las decepciones. Cuando el momento se apresta para la cosecha, entonces todos damos una mano, nadie se queda de brazos cruzados. Y luego, si además de esto nuestro Padre celestial coloca bendición en este pequeño aporte de nuestra parte, se podrá recoger una exquisita cosecha.
                                                   
Legumbres
 Foto de archivo - 2503646

jueves, 16 de mayo de 2019

La fe en la Creación y la teoría de la evolución



                          Primero presentaremos la fe en la Creación y la teoría de la evolución.
                              A esto seguirán comentarios sobre los relatos de la Creación
                      según el Génesis. Después intentaremos determinar con más precisión
                      la relación entre la ciencia y la fe. La teoría de la evolución y la fe en la Creación
                       no se excluyen mutuamente, sino que hablan a su manera del mundo material.
               


                                    La fe en la Creación y la teoría de la evolución


Primer plano de las manos del hombre tocando con los dedos Foto de archivo - 23794996


" Yo creo en Dios el Padre, el Todopoderoso creador del cielo y de la tierra" así dice el primer artículo de nuestra confesión de fe.  El reconocimiento de Dios como el Creador forma parte del fundamento de la fe cristiana y se remite a los enunciados de la Santa Escritura.
     Ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento encontramos una verdadera doctrina de la Creación, es decir un despliegue doctrinario de la fe en la Creación, como después fue realizado por los teólogos.  La Santa Escritura se limita a reconocer a Dios como Creador. Para expresar esto se vale de imágenes, ideas y conceptos de diferente origen.

          En el Antiguo Testamento, el desarrollo de la Creación se expresa en Génesis 1 y 2.
Además se habla de Dios como el Creador en diferentes Salmos (comparar Salmos 8; 19:1-7 y 104). Los relatos de la actividad creadora de Dios que encontramos en el Antiguo Testamento constituyen
la base de los enunciados del Nuevo Testamento sobre el mismo tema (comparar por ejemplo Romanos 11:36 ). La fe en la Creación adquiere mayor profundidad a través del hecho de que también se la refiera al Hijo de Dios.
            En Juan 1: 1-3 podemos leer lo siguiente: "en el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Éste era en el principio con Dios . Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho." Como Verbo  ("logos" en griego) se caracteriza al Hijo de Dios(comparar con el versículo 14),  a través del cual todo fue creado. De manera que se dice que también el Hijo es Creador.

           En el mismo sentido, en Colosenses 1:15-17 se expresa lo siguiente sobre el carácter creador del Hijo: " ÉL ( el Hijo de Dios) es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación.
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten."
          Además Hebreos 11:3 resalta: "Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía". La fe como aquí se pone en claro, es la llave hacia el reconocimiento de que Dios es el Creador; sólo reconozco que el mundo es su Creación a través de la fe que me permite comprenderla en este sentido.


                                           Dios crea por la palabra

               La Creación se produce a través de lo que Dios dijo; es por ende, un suceso verbal (comparar con el Salmo 33:9). Por eso entendemos que para Dios, la palabra y los hechos son idénticos. Creación significa, por un lado, que el principio se haya colocado o hecho libremente y, por el otro, que la palabra manda a otros. En este sentido. En este sentido, Creación en sentido cristiano siempre significa "Creación a partir de la nada" ("creatio ex nihilo"). Siendo que esta "nada " no debe entenderse en forma negativa, sino que significa que Dios crea la realidad sin previos condicionamientos.

               Por un lado, Dios crea "sin materia" mediante su poderosa palabra. Por otro lado, hace o crea respecto de la materia creada, las cosas y los seres vivos (comparar con Génesis 2.7,8 y 19).
Mientras "crear de la nada" señala la perfecta superioridad de Dios sobre el mundo, a través de su hacer" y "actuar" se pone en claro su dedicación. En ello se resalta una y otra vez  "su mano"
(comparar con Salmo 8:7; Isaías 64:7). Que Dios se dedica a su Creación queda demostrado en toda su sublimidad incomprensible al adquirir su Hijo forma de Hombre (comparar con Juan 3:16).


                                      ¿Que expresa la teoría de la evolución?


            La teoría de la evolución, forma parte fija del pensamiento de las ciencias naturales y parte del supuesto de que todo el mundo visible (el universo, la tierra y los seres vivos) surgieron de un proceso evolutivo, es decir por una evolución. El pensamiento básico consiste en que la materia y la energía existentes, igual que los seres vivos que salieron de ella, cambian  permanentemente y siguen evolucionando por efecto conjunto de las leyes naturales. Como en este marco son posibles los procesos causales, no puede vaticinarse objetivo de evolución alguno. Las formas más estables de la energía y la materia, y también de los seres vivos que son fruto de la  "casualidad",  sólo pueden imponerse durante un tiempo más largo si las condiciones de entorno lo permiten. Así las especies de seres vivos vienen y van
             Los orígenes de este pensamiento se remontan a la antigüedad; la idea de una evolución del cosmos y de la naturaleza ya se encuentran  entre los primeros filósofos griegos, por ejemplo en Tales o  Heráclito. En la morfología de J:W: Goethe también encontramos ciertos indicios de la teoría de la evolución moderna. Lo que ayudó a que la teoría de la evolución se impusiese es la obra de Darwin titulada  "El origen de las especies"   ("sobre el origen de las especies por selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la existencia",  1859. En el libro se afirma que el hombre evolucionó a  partir  del animal (teoría de la descendencia).
             Igual que todas las teorías  científicas, también la teoría de la evolución fue depurándose y revisándose  permanentemente. En ciencias naturales, la evolución se considera un hecho que puede ser probado de múltiple manera.


                                       ¿Cómo se desarrolló la evolución?

              Aquí queremos mencionar algunos hechos que atañen a la evolución de la vida biológica: el hallazgo de formas de vidas simples  ( bacterias ) se remonta ya a 3.700 millones de años atrás. Las formas de vida  cada vez más complejas, como por ejemplo las plantas, luego los animales, y finalmente el hombre, aparecieron más tarde. Es posible probar que los seres vivos de variada manera, al mismo tiempo representaban estadios en el camino entre el animal y el ser humano.
             El hombre actual, el homo sapiens, ya vive desde hace más de 130.000 años. A través de movimientos migratorios es probable que  se  distribuyera  por todo el planeta, partiendo de África. La evolución física del hombre fue acompañada de una evolución cultural.
Esto se muestra, entre otros factores, a través del trato que el hombre primitivo prodigaba a los muertos. al sepultarlos demostraron uno de los primeros pasos de su evolución cultural. Las tumbas más antiguas datan de hace 90.000 años, En tumbas de 30.000 de antigüedad se han encontrado objetos que se depositaban en la tumba y que se referian al más allá. Hace más de 10.000 años, los hombres comenzaron a vivir en asentamientos o comunidades (por ejemplo Jericó), se dedicaban a la agricultura y construyeron las primeras ciudades. En este tiempo también se constituyeron los antiquísimos estados de China, Egipto y Mesopotamia.
             Hoy, la idea de la evolución se transmite en las escuelas y en la universidad y, en gran medida, forma parte de la cultura general. Los niños, jóvenes y también los adultos nuevoapóstólicos se ven confrontados con ella. Por ende viene al caso reflexionar sobre la relación que existe entre la fe en la Creación y la teoría de la evolución.

                                         Los relatos sobre la Creación en el Génesis

           Nuestra imagen de la acción creadora de Dios ha quedado acuñada, ante todo, en los relatos de Génesis 1 y 2. Por lo general, cuando hablamos de Creación, tenemos en mente los enunciados que encontramos al principio de la Biblia.  En virtud de ello es necesario referirnos a estos dos capítulos e inquirir sobre su significado para nuestra fe en la Creación.
            Los cinco libros de Moisés no fueron redactados por una sola persona, sino que en ellos trabajaron diferentes grupos de escritores a lo largo de siglos. Hbo grupos de escritores hebreos que muchas veces utilizaron el nombre de  "Elohim"  para referirse a Dios y otros que dieron prioridad al nombre divino de  "Yahvé"  (a estos últimos se los llama yahvistas). Uno de los grupos que también acostumbraba usar el nombre  "Elohim", es responsable de la llamada escritura sacerdotal
(comparar con el ártículo sobre el surgimiento del canon del Antiguo Testamento, primera parte, Nuestra Familia 1/2005).  ¿que significa esto para los capítulos uno y dos del Libro del Génesis?
         en ambos capítulos aparecen los dos nombres de Dios. El nombre divino  "Elohim" significa     
"dioses" o los  "divinos" se utiliza en Génesis 1:1-31  y  2: 1-4.  Peo en Génesis 2:4-25, Dios es llamado  Yahvé.  A partir del uso de diferentes nombres de Dios y debido a las importantes diferencias en la forma de presentarlos, la ciencia del Antiguo Testamento ya llegó a la conclusión hace más de 200 años, de que aquí no sólo hay un relato de la Creación, sino dos.
       El primer relato de la Creación, que se asigna a la escritura sacerdotal, es el más reciente. Se supone que el texto surgió alrededor del año 500 antes de Cristo. El segundo relato de la Creación que pertenece a un yahvista es mucho más antiguo; su origen podría datar del siglo X  0  1X  antes de Cristo.

                                     El primer relato de la Creación
                                           1 (Génesis 1:1-2,4)

          El primer relato de la Creación ofrece una descripción de lo que hizo Dios en pasos sucesivos del universo, la tierra, los seres vivos y al final al hombre. el texto habla de ocho obras (1.luz, 2.cielos.  3. tierra,  4. plantas,  5.estrellas,  6.aguas y animales aéreos,  7.animales terrestres, 8.hombre) que fueron creados a lo largo de seis días.
en el centro de este relato está el poder creador de Dios, que ocurre sólo en virtud de la palabra que ordena  ("Sea la luz y fue la luz", Génesis 1:3). Si leemos el texto con detenimiento, nos llamará la atención que Dios no solo crea realidad, materialidad y seres vivos a través de su palabra, sino que más allá de ello también da órdenes para que se produzca la evolución y despliegue de lo creado. Y no sólo esto, porque Dios también protege su Creación y le da ordenes, estructuras. La Creación no solo es un suceso único en su tipo, sino que  trasciende y continua lo creado.
         Así por ejemplo, dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto...sobre la tierra". Sucede lo que Dios quiere que suceda: "Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla; árbol de fruto que da fruto según su género" (Génesis  1:11-1).  el objetivo del quehacer creador de Dios es el Hombre. A su creación se anticipa una autoexhortación  de Dios :  "Hagamos al hombre..." Esto puede comprenderse como una indicación de que la Trinidad de Dios (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo) también es una unidad en el hecho de la Creación. La particularidad del hombre, por un lado se expresa a través de que fue creado " a imagen de Dios" y, por el otro, porque recibe el mandato: Llenad y sojuzgadla". El hombre a imagen de Dios tiene parte en el gobierno divino; en cierta forma, el hombre representa a Dios en el seno del mundo creado.
            Si bien en el primer relato de la Creación se habla de días  ("Y Fue la tarde y la mañana un día", Génesis 1:5),  estos no deben comprenderse días terrenales de 24 horas, sino periodos de duración indefinida. El término hebreo para expresar  "día" aquí usado también puede referirse a "tiempo" o "periodo". Que Dios no está sometido a régimen de tiempo alguno, sino que es Señor del tiempo y tiene poder sobre él, lo vemos en el Salmo 90:4 "Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer que pasó, y como una de las vigilias de la noche" (comparar también con 2 Pedro
3:8).  En este contexto también dice  que la edad de la humanidad no puede calcularse mediante el registro bíblico de los géneros o genealogía bíblica (comparar con Génesis 5).


                                         El segundo relato de la Creación
                                       ( Génesis 2:4-25)

               Mientras la escritura sacerdotal relata la Creación del universo, la tierra, la naturaleza y el hombre, el escritor yahvista se concentra en los seres vivos y las plantas. Pero para ambos relatos, la creación del hombre es la acción central de Dios.
               En forma gráfica se relata cómo Dios, primero creó al hombre y después coloco todo al servicio de este. Al final, el hombre asume la responsabilidad por la Creación. Así fue que dio nombre a los animales (Génesis 2:19).  Dios instruyó al hombre en el sentido de construir su ámbito de vida terrenal  (La Biblia habla de "labrar el huerto del Edén") y de protegerlo   (Génesis 2:15). Igual que en la escritura sacerdotal, aquí también se pone de manifiesto que al hombre ha sido dado el gobierno de la Creación terrenal. A diferencia del primer relato de la Creación, en el segundo se tematiza algo más. el origen del pecado y que el hombre es mortal.
             El yahvista describe el hacer formador de Dios, lo que se muestra en una acción igualmente artesanal.  Dios  "forma"  al hombre del polvo de la tierra"   y   "plantó un huerto". aquí ya se vislumbra el motivo de Dios como alfarero. como aparece en el libro de Isaías:  "Dirá el barro al que lo labra: ¿que haces?, o tu obra. ¿No tiene manos?"  (Isaías 45:9). Se resalta que la mano de Dios entra en actividad y forma al hombre y esto pone de manifiesto que el Señor mantiene una relación especial con su criatura. Pues sí, si dios actúa de manera similar al hombre, entonces en esta imagen  ya podemos ver una autodenigración de Dios como la que se lleva a cabo cuando el Hijo de Dios se vuelve hombre.
       el patriarca de la iglesia, Orígenes (185-254) caracterizo este accionar creativo como una autodenigración de Dios (condescendencia) y esto marca todo el segundo relato de la Creación: Dios hace al hombre del polvo de la tierra (comparar con Génesis  (2:7), plantó un huerto
(comparar con Génesis  (2:8), de la costilla hizo una mujer  (comparar con Génesis  2:22) y al final, paseó por el huerto al refrescar el día  (comparar con Génesis 3:8). Todas estas son imágenes de la dedicación de Dios al hombre y de cómo se relaciona con su Creación.
     El segundo relato de la Creación finaliza con el relato del  (primer)  pecado. El hombre viola el mandamiento divino: "...más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás"  ( comparar con Génesis 2:17). aquí se trata de un suceso implantado en el origen de la historia de la humanidad, en el cual se tematiza la existencia fundamental del ser humano, la relación quebrantada del hombre con Dios y sus mandamientos, la fatalidad del pecado y de la muerte.
        La comunión con Dios es la vida en su verdadero sentido. El límite entre la vida y la muerte transcurre entre  "la vida con Dios" y el estar separado de él. Inmediatamente después del pecado, Dios anunció un redentor que regresará al hombre a la comunión sin perturbaciones (comparar con Génesis 3.15).

                                                Ciencia y fe

            La fe en la Creación y la teoría de la evolución tienen a la vista el mismo objetivo, es decir al hombre y a la naturaleza, aunque cada una habla de ello de manera diferente. Mientras la fe en la Creación pregunta  "de dónde  y  "hacia dónde"  y también contesta, esta pregunta en la teoría de la evolución queda completamente velada.
        Las ciencias naturales se ciñen a la pregunta:  "¿cómo sucede todo?"  Por ejemplo pretenden reconocer las leyes según las cuales se ha desarrollado la vida y sigue haciéndolo. La pregunta en pos del  "como"  puede contestarse ampliamente investigando las leyes que rigen la naturaleza y que le son propias.
        En contexto científico -natural Dios no es tenido en cuenta porque científicamente no es comprensible. De manera que a través de la investigación científica, la existencia de Dios no puede demostrarse ni negarse.
         La ciencia y la fe observan la realidad desde ángulos completamente diferentes. Las ciencias naturales se centran en el análisis, mientras que la fe se centra en l reconocimiento. Que el cosmos es creación divina no es un enunciado de las ciencias naturales, sino un reconocimiento o confesión de fe. Mientras la fe en la Creación contempla al hombre como un ser con alma inmortal, la teoría de la evolución ,  lo considera un ser biológico, sometido a las leyes de la naturaleza. La razón de que la fe y la ciencia parecieran contradecirse o se consideran una total contradicción, se fundament en especial, en sus diferentes ámbitos de vigencia y formas de expresión. La creación, el pecado o la redención no son categorías de las ciencias naturales, sino realidades que sólo pueden ser reconocidas en la fe. Ni el Creador ni su creación pueden ser objeto de la investigación científica, ya que solo se los concibe y comprende en la fe. La teoría de la evolución y la fe en la Creación no se excluyen mutuamente sino que hablan a su manera del mundo material.
        Por eso, los conocimientos obtenidos de las ciencias naturales, que se refieren exclusivamente al mundo material (es decir al mundo de la naturaleza) no se pueden transferir al mundo espiritual. Tampoco se utilizarán los enunciados de la ciencias naturales como  "prueba" de los enunciados de la fe o con su ayuda se negarán los conocimientos científicos.
        siempre deberíamos tener en claro que en la ciencia y en la fe, el acceso a la realidad es completamente diferente.
        A partir de nuestra fe reconocemos que el  cosmos, la naturaleza, el hombre fueron creados por Dios, independientemente de cómo se llevó a cabo en detalle, su surgimiento. También el suceso de la evolución puede ser incluido en esta fe. Porque nosotros reconocemos a Dios que lo ha creado todo, quien hoy también es Creador, conservador y consumador de la Creación.